Archivo del autor: Carlos

Europa recurre al belicismo, la censura y el autoritarismo para tapar su desastre estratégico

17 de noviembre de 2025

Las élites europeas pisotean los valores que afirman defender

Desde su inicio, los ideólogos de la guerra contra Rusia en Ucrania enmarcaron su embestida como un conflicto entre las democracias y el autoritarismo, encarnado por el nuevo malvado de turno, Vladímir Putin. Hoy en día, siguen haciéndolo, presentando al gobierno de Kiev como epítome de la defensa de la democracia, a pesar de todos los hechos en contra que lo desmienten: ilegalización de partidos, hipercontrol estatal de los medios de comunicación, y un lodazal de corrupción que apunta al entorno más próximo al propio Zelenski, que sigue aferrado al poder más allá del límite de su mandato, sin convocar elecciones.

Al peón todo se le permite. Para eso está poniendo, literalmente, toda la carne de sus compatriotas en el asador. Aquí empieza la traición de las élites europeas a los valores que afirman defender. Para sostener el relato del conflicto entre las democracias y los regímenes autoritarios, entre los que, aplicando un doble rasero, se añade a conveniencia a China, Corea del Norte o Irán, pero se excluye a las petromonarquías o a exterroristas aupados al poder, como Al Jolani en Siria, las élites europeas deberían velar por que Zelenski guardara medianamente las formas. No es el caso.

La estrategia de los países europeos que siguen apoyando al gobierno de Zelenski, que no son todos, pasa por mirar para otro lado cuando el gobierno de Ucrania secuestra a sus ciudadanos para enviarlos al frente – una práctica conocida como “busificación” –, o condecora a militares que lucen simbología nazi, o aparecen maletas llenas de dólares en los domicilios de personas vinculadas al presidente de Ucrania, la más cercana previamente avisada de la inminente intervención policial, para que le diera tiempo a salir del país.

Una investigación por corrupción sacude al gobierno ucraniano. New York Times, 10 de noviembre de 2025.

La actitud de las élites europeas revela que su relato se apoya en una retórica que los hechos contradicen. La falacia no sólo se desmonta en Kiev, sino también en Bruselas, y en el resto de las capitales europeas que, como Alemania, redoblan su apoyo al gobierno de Ucrania, mientras destruyen los valores europeos cuya supervivencia, supuestamente, se está ventilando en la línea del frente.

La ofensiva contra los presuntos cimientos sobre los que se construye esa fallida, sesgada y sólo aparente Unión Europea la estamos presenciando día a día.

Censurar las opiniones en las redes sociales contrarias a los dictados de Bruselas, tirando de clichés como la necesidad de luchar contra la desinformación, o contra las injerencias extranjeras, no es fortalecer la democracia, sino minar la libertad de expresión, una de las bases fundamentales en las que dicen apoyarse los sistemas políticos occidentales. Denominar a la operación “Escudo de la democracia” es otro ejemplo del lenguaje orwelliano que se gastan en Bruselas.

La UE planea crear un centro para combatir la amenaza de la desinformación procedente de Rusia y otros países. The Guardian, 7 de noviembre de 2025.

Despedir a periodistas por hacer preguntas incómodas, que ponen de manifiesto el doble rasero de las instituciones europeas a la hora de juzgar el comportamiento de Rusia y el de Israel, y la disparidad de respuestas que ambas conductas provocan por parte de la burocracia europea, tampoco encaja con la defensa de la libertad de expresión, sino con un autoritarismo rancio y visceral.

Un periodista preguntó por qué Israel no está pagando la reconstrucción de Gaza. Le costó el trabajo. The Intercept.

Otorgar más poder a la Comisión Europea, un órgano burocrático designado al margen de la ciudadanía, mediante componendas en despachos por parte de una fracción de las élites, impulsando el centralismo, en detrimento de la autonomía de las regiones, y socavando la soberanía de los estados miembros, está en las antípodas de una construcción democrática de la unidad europea. Tal es así que, hasta el Parlamento Europeo, ese remedo de cámara de representación con exiguas competencias, ha puesto pie en pared frente al último intento centralista de la reina de Bruselas.

El Parlamento de la UE advierte a von der Leyen: Cambia el presupuesto o lo rechazaremos. Politico, 28 de octubre de 2025.

La colaboración de agencias de inteligencia occidentales con los servicios secretos ucranianos en el diseño de atentados terroristas, o en el entrenamiento en técnicas de tortura, tampoco parece compatible con los valores europeos. Obstaculizar la investigación sobre la voladura de los gasoductos Nord Stream, rechazando la extradición de un acusado – aunque a estas alturas está clarísimo quién fue el autor intelectual del mayor atentado contra infraestructuras energéticas europeas – , tampoco es para colgarse medallas en la defensa del imperio de la ley y el estado de derecho, otros de los supuestos valores de los que se vanaglorian las élites europeas para justificar su superioridad moral.

Plantear la confiscación de los activos rusos “congelados”, saltándose toda la legalidad internacional, y pagar a un ejército de abogados para que busquen fórmulas con las que legalizar el latrocinio, tampoco parece cuadrar con la defensa del “orden basado en reglas”. Otra de las cantinelas que repiten incansablemente las élites a uno y otro lado del Atlántico, que los hechos vacían de un contenido ya de por sí indefinido y maleable a conveniencia. O lo que viene a ser lo mismo: inexistente.

El belicismo es el nuevo valor europeo con que las élites tratan de esconder su fracaso

El belicismo es el eje transversal sobre el que Úrsula von der Leyen y sus elegidos se están apoyando para “fortalecer la democracia”, cuando en realidad su objetivo es destruirla, pasando por encima de la voluntad popular, junto a los restos del estado del bienestar que todavía subsisten, a pesar de las sucesivas andanadas de los gestores al cargo de cada país.

La Comisión Europea tiene la intención de presentar, el 19 de noviembre, un documento sobre la movilidad militar en la Unión Europea, que equivaldría a un “Schengen militar”, en una coyuntura en la que varios países miembros han reinstaurado los controles fronterizos de personas. El proyecto prevé incrementar la eficiencia a gran escala del movimiento de equipos, personal y suministros militares a través de las fronteras intracomunitarias, para lo que vendría dotado de propuestas legislativas. El plan ha sido elaborado en colaboración con la OTAN.

Plan de movilidad militar de la Unión Europea. Comisión UE + Colaboración OTAN.

Este plan no ha surgido de la noche a la mañana. En la Unión Europea se lleva hablando desde hace tiempo de la necesidad de invertir en corredores de transporte aptos para el doble uso, civil y militar, según recoge este informe de un seminario celebrado en Gante (Bélgica), en febrero de 2024. En el documento se subraya la necesidad de dotar de presupuesto a este tipo de iniciativas, precisando, eso sí, que las políticas relativas al transporte del material militar y del personal asignado deben orientarse hacia “una movilidad más limpia, ecológica e inteligente”. En el lenguaje orwelliano de Bruselas, hasta mover armamento a lo largo y ancho de Europa va a resultar ecológico.

Corredores de transporte europeos susceptibles de ser mejorados para facilitar su doble uso. Fuente: Comisión Europea, Dirección General de Movilidad y Transporte.

El 3 de marzo de 2021, el CEPA, (Center for European Policy Analysis) un gabinete de estudios con sede en Washington, financiado entre otros por industrias de armamento estadounidenses, ya proponía un proyecto para incrementar la eficiencia de la movilidad de los equipos militares y las tropas en el continente europeo. Dicho y hecho. La obediente Unión Europea, siempre dócil ante las sugerencias que le llegan desde Washington, se ha puesto manos a la obra.

El Proyecto de Movilidad Militar de CEPA. Moviendo montañas para la defensa de Europa.

Las montañas a las que se refiere CEPA son de dinero. El plan de Úrsula von der Leyen para rearmar Europa contempla el objetivo de sacar 800.000 millones de las depauperadas arcas de los miembros de la Unión Europea, usando tres fórmulas:

  1. Permitir a los países activar la cláusula de escape del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Es decir, saltarse los límites autoimpuestos en lo referente al déficit público (3% del PIB) y la deuda pública (60% del PIB).
  2. Lanzamiento de un instrumento de préstamo de 150 000 millones de euros para ayudar a los países a invertir en áreas militares clave, como la defensa antimisiles, los drones y la ciberseguridad. Los fondos se captarán en los mercados de capitales, según la Comisión.
  3. Ampliación de la financiación por parte del Banco Europeo de Inversiones a proyectos militares y de seguridad. La Comisión pretende que el BEI “acelere la unión de ahorro e inversión para movilizar capital privado, de modo que la industria de defensa europea no dependa exclusivamente de la inversión pública”.

En resumen, el plan de la Comisión consiste en endeudar a Europa hasta las cejas para financiar una escalada belicista contra Rusia. No se entiende muy bien cómo es posible que, después de imponer el austericidio a sangre y fuego, como ocurrió con Grecia en 2015, ahora Bruselas se olvide de sus rígidas normas fiscales para entrampar a Europa en una espiral de endeudamiento con fines militares. Bueno, en realidad, se entiende perfectamente. 

La Comisión sostiene que “El pleno aprovechamiento de estas herramientas financieras tendrá efectos positivos para la economía y la competitividad de la UE. Esto incluye la construcción de nuevas fábricas y líneas de producción, esenciales para la generación de empleo de calidad en Europa”. La Comisión olvida matizar que esas nuevas fábricas y líneas de producción tendrán carácter militar.

A la industria tradicional europea – automoción, siderurgia, química – ya se han encargado de laminarla incrementando los costes de la energía, al sustituir la procedente de Rusia por la de otros proveedores, como Estados Unidos, mucho más caros. ¿Cómo espera la Comisión que la industria militar europea sea competitiva con esos costes incrementados? ¿Por qué nadie habla del motivo de la subida de los costes energéticos?

Plan ReArmar Europa/Preparación 2030: el plan para financiar la defensa de la UE.

Como analicé en un artículo anterior, poco importa que la supuesta amenaza rusa con la que las élites europeas pretenden justificar esta escalada armamentística exista solo en las mentes calenturientas de quienes la dirigen. Lo importante es fabricar una coartada que permita tapar con belicismo el fracaso estratégico de su apuesta por una derrota de Rusia que no se va a producir, sino que, además, está provocando la destrucción de la economía de la Unión Europea.

La prolongación del conflicto en Ucrania es el principal objetivo

En un artículo publicado en julio, reseñé que la Unión Europea se estaba planteando conceder un préstamo de 100.000 millones de euros a Ucrania. Como quiera que Estados Unidos ha cortado las inyecciones financieras directas al gobierno de Kiev, y la economía de Europa está sufriendo los estragos provocados por sus élites, con Alemania sufriendo la recesión más larga desde la Segunda Guerra Mundial, en Bruselas se están rebuscando los bolsillos para seguir sufragando la guerra contra Rusia en Ucrania, pero sólo encuentran telarañas.

Producción de la industria manufacturera de Alemania. Fuente: Oficina Federal de Estadística.

Por eso las élites europeas siguen dándole vueltas a la idea de apropiarse directamente de los activos rusos, para usarlos como garantía de un “préstamo de reparaciones”  al gobierno de Kiev, por valor de 140.000 millones de euros. El asunto comienza mal desde el mismo nombre del préstamo, que se presenta como una inyección de efectivo con el que reconstruir un país que está actualmente en guerra. En eso consisten las “reparaciones”. El objetivo obviamente es bien distinto: seguir alimentando la contienda.

El plan continúa peor, porque el esquema que plantea la Comisión es que Rusia termine pagando ese préstamo, merced a las reparaciones con las que deberá correr cuando acabe el conflicto. No obstante, la Comisión pasa por alto el pequeño detalle de que las reparaciones siempre las paga el perdedor, y no parece que Rusia esté perdiendo la guerra.

El latrocinio a gran escala que plantea la Comisión ha chocado con la negativa de varios países, especialmente con el de Bélgica, sede de Euroclear, la cámara de compensación que alberga los activos rusos “congelados”. Su directora ha avisado de que, si se produce la confiscación, Euroclear se está planteando demandar a la Unión Europea. Alemania, Francia e Italia también se oponen.

Ante este rechazo, Bruselas ha advertido que la continuidad del apoyo del Fondo Monetario Internacional a Ucrania, controlado por Estados Unidos, depende de que la Unión Europea apruebe el “préstamo de reparaciones”. La Comisión ha conminado a los miembros a apropiarse de los activos rusos, ya que, en caso contrario, la Unión Europea debería afrontar un pago anual de 5.600 millones de euros en intereses. Un chantaje poco disimulado, que pretende doblegar las reticencias belgas ante las pretensiones de que el robo se consume en su territorio y se lleve por delante no sólo Euroclear, sino la fiabilidad del sistema financiero europeo.

La UE debe pagar hasta 5.600 millones de euros en intereses si no hay acuerdo sobre los activos rusos, advierte Bruselas. Financial Times, 7 de noviembre de 2025.

Los medios de comunicación al servicio de las élites se han apresurado a señalar las supuestas ventajas para Europa de seguir alimentando la guerra en Ucrania. The Economist, con sede en Londres, uno de los principales apoyos de Zelenski, califica de “ganga” enviar 390.000 millones de euros a Ucrania en los próximos cuatro años, sumando las aportaciones directas de fondos y el valor del armamento que se proporcionaría. Kaja Kallas se ha apresurado a utilizar la misma palabra – ganga – para referirse a la financiación europea de Ucrania, en comparación con lo que supondría una victoria de Rusia.

Según The Economist, hasta ahora Ucrania se ha zampado 360.000 millones en su “esfuerzo militar”. La cifra incluye el presupuesto militar del país, más las ayudas occidentales. En 2025, dicho “esfuerzo”, requerirá entre 100.000 y 110.000 millones, aproximadamente la mitad del PIB de Ucrania. El déficit fiscal del país ya alcanza el 20% del PIB. La deuda pública se ha duplicado desde 2022, y alcanza el 110% del PIB.

The Economist reconoce que Ucrania no puede financiarse en los mercados de capitales, porque nadie le presta dinero. Una vez que Estados Unidos ha cortado las ayudas financieras directas, sólo queda Europa, afirma la publicación. Después de subrayar el apoyo del medio a la confiscación de los activos rusos, The Economist señala que la medida se queda corta, en 230.000 millones, para lo que considera necesario. Así que apuesta por que Europa se endeude, de manera conjunta, a través de eurobonos, hasta alcanzar los citados 390.000 millones. Una meta que sólamente supondría doblar las aportaciones actuales hasta el 0,4% del PIB de todos los miembros de la OTAN, con la excepción de Estados Unidos. 

Contrariamente al sentido común, The Economist sostiene que, lejos de minar el estatus internacional del euro, la creación de una gran deuda común iba a profundizar en la unificación del mercado de capitales europeo y a estimular el papel del euro como moneda de reserva. O sea, que una economía destruida por un error geopolítico descomunal, que la ha desconectado de las fuentes de energía que la alimentaban, y que se ve forzada a endeudarse, va a transmitir a los mercados una señal de fortaleza. Y pretenden que nos lo traguemos.

Por qué financiar a Ucrania es una oportunidad gigantesca para Europa. The Economist, 30 de octubre de 2025.

Estados Unidos, con el apoyo de la Unión Europea y la OTAN, que cada vez más vienen a ser lo mismo, ha convertido Ucrania en un estado fallido, despoblado y dependiente de la ayuda financiera exterior para su supervivencia. Ahora, las élites europeas, con el apoyo de sus palmeros mediáticos, pretenden arrasar la economía del continente, impulsando una huida hacia adelante, con el lunático objetivo de derrotar económicamente a Rusia, que ha demostrado su resiliencia a lo largo de casi ya cuatro años de guerra, y cuenta con el respaldo de China, la mayor economía del mundo medida en paridad de poder adquisitivo.

¿Para quién trabajan las élites europeas?

Ante este panorama, cabe preguntarse qué intereses defienden las élites europeas, y para quién trabajan realmente. En primer lugar, cabe reponer que para ellas mismas. Reconocer su error estratégico les obligaría a asumir responsabilidades políticas, como mínimo. Así que siguen empeñadas en alcanzar su disparatado objetivo, a pesar de que todos los hechos indican que éste se aleja cada vez más. Siguen obnubiladas ante la perspectiva de adueñarse de los ingentes recursos naturales que alberga Rusia, y continúan enfrascadas en buscar fórmulas con las que alimentar al caballo muerto, con la esperanza de que resucite, y gane la guerra que habían diseñado, junto a la administración demócrata en Washington.

En segundo lugar, los hechos indican que las élites europeas trabajan a favor de los intereses de Estados Unidos, en varios frentes, principalmente en el energético y en la industria militar, pero también en el financiero. Europa ha sustituido la “dependencia” del gas ruso por el gas natural licuado que proviene de Estados Unidos, a un precio infinitamente superior. Europa sigue dependiendo de otros proveedores, como Noruega, Argelia o Catar, porque no produce gas. El marco de “acabar con la dependencia” es tramposo desde su creación. 

El País, 3 de noviembre de 2025.

Si Europa pretende convertir a Ucrania en un puerco espín de acero, como afirmó Úrsula von der Leyen, tendrá que recurrir obligatoriamente a comprar las armas al complejo militar industrial de Estados Unidos, porque carece de la capacidad para producir y suministrar las que considera necesarias para blindar a Ucrania frente a su colosal vecino, primera potencia nuclear. Por tanto, en este segmento, las élites europeas también están trabajando para los intereses de Washington, engordando las arcas de las industrias de armamento estadounidenses.

Las élites europeas también están condenando al viejo continente a la dependencia financiera de la banca de Estados Unidos. En el Reino Unido ya aparecieron titulares en prensa apuntando a la posibilidad de que su economía necesite un rescate a cargo del Fondo Monetario Internacional. Moritz Schularick, el economista jefe del Instituto de Kiel para el Estudio de la Economía Internacional ha advertido que las principales empresas de automoción alemanas “probablemente no existirán en su forma actual para finales de la década, dado el estado actual de la industria automotriz alemana», aunque el titular del Handelsblatt es más dramático.

Handelsblatt, 3 de noviembre de 2025.

El derrumbe económico que están provocando las erróneas decisiones de las élites europeas apuntan a la generación de una dependencia financiera de los préstamos del FMI, de la banca de Wall Street, o de los gigantescos fondos de inversión estadounidenses, como Blackrock o Blackstone, los únicos que tienen músculo financiero para erigirse en prestamistas de la muy necesitada Europa, en un futuro cercano.

En el artículo citado anteriormente, The Economist subraya este mensaje: “Las salvaguardias contra la corrupción son importantes, pero no deben erosionar la certeza de Ucrania —y del Kremlin— de que, de una forma u otra, el dinero llegará”.

Aquí está la clave de toda la operación: lo más importante es que el dinero siga fluyendo. Un dinero sobre el que no existe ningún tipo de control, auditoría o medio alguno de garantizar que se está utilizando para los fines declarados, sin que a nadie se le quede nada entre los dedos. Da igual que Ucrania sea un lodazal de corrupción, que afecta al entorno más cercano al presidente Zelenski, que las mordidas a los funcionarios sean moneda corriente para evitar el reclutamiento, o que Ucrania sea ya, de hecho, un estado fallido, que apenas se sostiene mediante la ayuda externa.

Lo importante es que el dinero siga fluyendo. Aunque sea a costa de destruir la economía de la Unión Europea, y de provocar el empobrecimiento de su población. Como ocurre en los casinos, la banca nunca pierde y, en este caso, las élites siempre encontrarán algún puesto donde recolocarse, tras haber consumado su infame tarea: la destrucción de Europa.

Qué son las tierras raras y por qué le permiten a China doblegar a Estados Unidos

27 de octubre de 2025

Por qué son tan importantes las tierras raras

Lo único raro de las tierras raras es encontrarlas en cantidades lo suficientemente agrupadas, y grandes, como para que su explotación sea económicamente viable. Porque los 15 elementos del grupo de los lantánidos que conforman las denominadas tierras raras son abundantes en la corteza terrestre, pero están muy dispersos, y no suelen presentarse en forma pura, sino agregados, en muy escasa proporción, a otros minerales.

A esta dificultad hay que añadir los altos costes ambientales y energéticos que supone su extracción, que requiere procesar grandes cantidades de mineral. Además, su explotación genera muchos residuos altamente contaminantes que, en ocasiones, contienen elementos radioactivos como el torio y el uranio, así como sustancias peligrosas como ácido fluorhídrico y dióxido de sulfuro. 

Distribución de las reservas de tierras raras en el mundo. Fuente: USGS.

¿Por qué las tierras raras ocupan la agenda geopolítica últimamente? La respuesta es muy sencilla: los 15 elementos que forman el grupo de los lantánidos, a los que suele añadirse el escandio y el itrio, tienen una serie de propiedades muy específicas que los convierte en indispensables para fabricar una enorme gama de productos.

Los 15 lantánidos son el lantano, el cerio, el praseodimio, el neodimio, el prometio, el samario, el europio, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el holmio, el erbio, el tulio, el iterbio y el lutecio.

El neodimio, el disprosio, el praseodimio y el terbio tienen propiedades magnéticas, lo que los convierte en esenciales para producir imanes de alto rendimiento. Estos son imprescindibles para fabricar aparatos de resonancia magnética usados en medicina, discos duros, altavoces, auriculares, y trenes de levitación magnética.

En el campo de las denominadas energías renovables, estos imanes son utilizados en la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos y turbinas eólicas. Una sola turbina eólica de 3 MW utiliza 2 toneladas de imanes de neodimio.

El disprosio y el cerio se usan en la manufactura de paneles solares para mejorar la duración y eficiencia de las celdas. El lantano y el cerio mejoran la densidad, duración y seguridad de las baterías de iones de litio, utilizadas en un sinfín de aparatos electrónicos y en sistemas de almacenamiento de energía, a gran escala.

El itrio y el cerio se emplean para mejorar el rendimiento y el consumo de las membranas de los electrolizadores usados para producir el “hidrógeno verde”, que es la denominación del hidrógeno obtenido usando energías renovables. El cerio también se usa en los catalizadores de los coches, con el objetivo de reducir la contaminación que provoca la combustión.

En el terreno industrial, los imanes de alto rendimiento son necesarios para los procesos de control de calidad de los aceites lubricantes y cajas de cambio: capturan micropartículas metálicas que evitan el deterioro de los motores.

Aplicaciones de las tierras raras en Estados Unidos. Ilustración: Researchgate.net.

Los imanes de alto rendimiento también son esenciales para fabricar robots industriales y resultan imprescindibles en la industria de armamento. Sobre este aspecto volveré a continuación, ya que resulta crucial en la pugna que mantienen Estados Unidos y China.

Las tierras raras también tienen propiedades ópticas, que los hace necesarios para la manufactura de dispositivos de iluminación, pantallas de visualización y materiales fluorescentes. También sirven como catalizadores en reacciones químicas que tienen lugar durante el refinado de petróleo y la síntesis de fármacos. Al tener unos puntos de fusión altos, las tierras raras se utilizan en entornos de temperaturas extremas, tales como la metalurgia y la industria aeroespacial.

Los teléfonos inteligentes contienen hasta 0,35 gramos de itrio y terbio en sus pantallas y sus módulos de vibración. En resumen, las tierras raras son extremadamente comunes en nuestra vida diaria. Por este motivo, China dispone de una palanca brutal a la hora de negociar con Estados Unidos en la guerra comercial que desató Donald Trump en 2018, cuando impuso aranceles por un valor de 34.000 millones de dólares a productos chinos.

El control chino de las tierras raras le otorga una poderosa palanca frente a Estados Unidos

El dominio de China en el sector de las tierras raras es abrumador: concentra el 70% de la extracción y el 90% de la separación y el procesamiento. Por si eso fuera poco, en China se fabrican el 93% de los imanes. Entre 2014 y 2017, China suministró a Estados Unidos el 80% de las tierras raras que importó. Entre 2020 y 2023, el porcentaje seguía siendo muy alto: el 70%.

La regulación más laxa en materia ambiental ha contribuido a la expansión de la minería de tierras raras en China, que ha pagado un alto precio en costes ambientales, pero le ha colocado en una situación de preponderancia en un sector estratégico, a todos los niveles. 

Reservas de tierras raras en el mundo. Depósitos conocidos por países en millones de toneladas.

Además de las aplicaciones citadas en el capítulo anterior, las tierras raras son cruciales para la industria de armamento de Estados Unidos. En la lista de artefactos mortíferos que precisan de las tierras raras encontramos los cazas F-35, los submarinos de clase Virginia y Columbia, los misiles Tomahawk, los sistemas de radar, los drones Predator y la serie de bombas inteligentes Joint Direct Attack Munition.

Cada avión F-35 necesita 418 kilos de tierras raras para su radar, para sus sistemas de fijación de objetivos y para sus motores. Un destructor DDG-51 de la clase Arleigh Burke requiere aproximadamente 2.600 kilos, y se necesitan 4.600 kilos de lantánidos para construir un submarino de la clase Virginia.

Las restricciones de China a las tierras raras y a los imanes amenazan las cadenas de suministro de defensa de Estados Unidos. 9 de octubre de 2025.

Un informe del Pentágono fechado en 2023 señaló la dependencia absoluta de las tierras raras pesadas procedentes de China: el 100% venían del gigante asiático. Otro informe, esta vez de RAND Corporation, advertía que si China cortara el suministro de lantánidos durante 90 días, podría paralizar la producción del 78% de los contratistas de defensa estadounidenses. La fabricación de misiles hipersónicos y sistemas satelitales también sufriría retrasos. La misma consultora estima que Estados Unidos necesitaría al menos 10 años para levantar una cadena de suministros de tierras raras alternativa.

Angela Huyue Zhang, catedrática de derecho y autora de dos libros sobre las políticas del gobierno chino en relación con la alta tecnología, señala que, en respuesta al incremento de los controles a la exportación de tierras raras por parte de China, ha sido Estados Unidos el que ha rebajado su beligerancia contra el gigante asiático: ha reducido los aranceles, ha relajado los controles de exportación de chips necesarios para la inteligencia artificial, e incluso ha suavizado los requisitos para expedir visados a estudiantes chinos. Un análisis que comparte The Wall Street Journal.

El bloqueo de China de las tierras raras dictó el sendero hacia la tregua comercial.

La misma autora apunta otra característica de las cadenas de suministro relacionadas con las tierras raras: los cuellos de botella que se forman no son fijos, sino que evolucionan con la tecnología. Este rasgo añade una dificultad a los esfuerzos que está realizando Estados Unidos por aflojar la dependencia de China en este sector estratégico.

La retórica de Donald Trump en torno a Canadá y Groenlandia, donde existen depósitos de tierras raras, responde a movimientos imperialistas para intentar apropiarse de recursos de los que carece, y construir cadenas de suministro alternativas.

En 2021, el parlamento de Groenlandia bloqueó uno de los mayores proyectos de tierras raras en el mundo, situado en Kvanefjeld, que iba a ser desarrollado por una empresa australiana, y que había obtenido una autorización preliminar el año anterior. Sin embargo, la explotación del yacimiento iba a generar residuos radioactivos, procedentes del uranio.

La ley aprobada por el parlamento de Groenlandia prohíbe la exploración de yacimientos con una concentración de uranio superior a 100 partes por millón, un rango considerado de baja calidad por la Asociación Nuclear Mundial. Es probable que Estados Unidos no tuviera tantos miramientos a la hora de extraer las imprescindibles tierras raras para su industria armamentística, si accediera al control de esos territorios.  

Localización de Kvanefjeld, en el extremo sur de Groenlandia. Imagen: Greenland Minerals.

Estados Unidos subvenciona la extracción de tierras raras en su territorio

Desde la década de los 80, China se enfocaba hacia la extracción de tierras raras, aprovechando menores costos ambientales y laborales. En la década de los 2000, usando incentivos fiscales a la exportación, China logró controlar el 90% de la oferta mundial. Entre 2010 y 2019, China proporcionó entre 9.000 y 10.000 millones de dólares en apoyo financiero gubernamental a empresas de tierras raras, con un incremento del 22% anual.

Mientras tanto, en 1996, Estados Unidos cerró la Oficina de Minas, transfiriendo ciertas funciones, como la recopilación, el análisis y la difusión de información sobre minerales al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).

Ahora, Washington está intentando recuperar el tiempo perdido, adoptando el modelo chino de subvenciones, subsidios o participación estatal que tanto critica. El gobierno estadounidense ha firmado un acuerdo multimillonario con la empresa minera MP Materials, mediante el cual el Departamento de Defensa se convertirá en su mayor accionista. Estos son los mismos que preconizan el «mercado libre». 

En virtud del pacto, el Pentágono garantizará un precio mínimo de 110 dólares por kilogramo para las dos tierras raras más populares, una cantidad que casi duplica el que se paga en el mercado chino, y el que percibía la empresa minera por kilo en el segundo semestre de 2024. Curiosamente, la empresa china Shenghe Resources posee el 7,7% de la mina de Mountain Pass.

MP Materials sella un macro acuerdo de tierras raras con Estados Unidos para romper el control de China.

Hasta el momento, la mina de Mountain Pass en California era la única que se dedicaba a la extracción de tierras raras en Estados Unidos. Ahora, la empresa propietaria del yacimiento Round Top, en Texas, ha anunciado la producción exitosa de una muestra de óxido de disprosio, con una pureza del 99,1 %. El mineral se procesó usando tecnología propia de la empresa USA Rare Earth para la extracción y purificación.

Por el momento, estos son los dos únicos proyectos para extraer tierras raras en Estados Unidos, lo que significa que la preponderancia china en el sector va para largo. Ante este escenario, Washington está moviendo a sus peones para intentar amortiguar la capacidad de presión de China, en la medida de sus posibilidades. Que son pocas, y tienen la tendencia a provocar efectos contraproducentes.

Washington recurre a sus aliados para intentar frenar a China

Estados Unidos está intentando cortar la expansión de China también en el sector de los minerales críticos, como el litio, fuera de su territorio. Es el caso de Canadá, otro de los obedientes aliados de Washington, donde el gobierno ha ordenado a tres empresas chinas retirar sus inversiones en explotaciones mineras, alegando motivos de seguridad nacional.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, declaró que «China insta a Canadá a que deje de atacar injustificadamente a las empresas chinas (en Canadá) y les proporcione un entorno empresarial justo, imparcial y no discriminatorio», añadiendo que con su acción estaba dañando las cadenas de suministro globales.

China lidera la producción de minerales críticos.

Estados Unidos también ha ordenado a uno de sus súbditos europeos que trate de frenar el avance tecnológico de China. El último movimiento ha sido la toma de control por parte del gobierno holandés de la empresa china de microchips Nexperia. La Haya justificó la expropiación alegando «graves deficiencias de gobernanza», e invocando la Ley de Disponibilidad de Mercancías, de 1952, una arbitrariedad con formato legal que data de la guerra fría.  Este es el «orden basado en reglas» que preconizan los occidentales.

El Ministerio de Comercio de China contestó la medida prohibiendo a Wingtech Technologies, la empresa matriz de Nexperia, radicada en Guangdong, la exportación de componentes vitales para el funcionamiento de la fábrica expropiada. 

China impone controles de exportación a Nexperia tras la toma de control holandesa. Bloomberg.

La respuesta de China a la agresividad de Estados Unidos y sus lacayos europeos está siendo contundente, porque está en posición de hacerlo. El pasado abril, China introdujo nuevas normas para que las empresas extranjeras puedan obtener una licencia de importación de tierras raras de seis meses de validez. Las regulaciones fueron reforzadas el 9 de octubre, cuando el Ministerio de Comercio chino las hizo más estrictas.

Los solicitantes deben presentar datos minuciosos y confidenciales, usando formularios extraordinariamente detallados, adjuntando fotografías de productos que muestren la ubicación de los minerales, diagramas de fabricación y datos del cliente. En determinados casos, el solicitante debe aportar datos de producción anual de los últimos tres años y proyecciones para los próximos tres.

La contención occidental de China está destinada al fracaso

Gina Raimondo fue la secretaria de Comercio en la administración de Joe Biden. Al final del mandato demócrata, Raimondo reconocía en una entrevista que los esfuerzos para restringir el acceso de China a la tecnología no habían conseguido contener el progreso chino, y apostaba por subvencionar la investigación y desarrollo a nivel local para intentar ganar la carrera tecnológica al gigante asiático. Raimondo proponía adoptar el modelo chino que tanto critica Washington.

De hecho, la ley CHIPS and Science Act está dotada con 53.000 millones de dólares provenientes del erario, y su objetivo era “incentivar” a las empresas estadounidenses a invertir en la fabricación de semiconductores, y a innovar en el ámbito científico aplicado a la tecnología.

Gina Raimondo despachaba con esta frase el intento de contener a China: “Intentar frenar a China es una misión de tontos”. Así mismo, ponía el acento en las subvenciones y programas gubernamentales, antes que en el control de las exportaciones, como estrategia para desbancar a China en la carrera tecnológica.

Raimondo dice que intentar frenar a China en la carrera por los chips es una “misión de tontos”. 

La estrategia de contención de Joe Biden ha sido seguida, y amplificada, por Donald Trump. Estados Unidos comenzó a imponer aranceles a las importaciones procedentes de China en febrero de 2025. En abril, los aranceles escalaron hasta el 145%. China replicó aumentando los aranceles para los productos estadounidenses hasta el 125%. En mayo, ambos países acordaron rebajarlos: Estados Unidos redujo los suyos hasta el 55%, y China los dejó en el 30%. El acuerdo incluyó una tregua comercial, que supuestamente concluye el 10 de noviembre.

El 16 de octubre, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, se reunió con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook. Tras el encuentro, el Ministerio de Comercio chino emitió un comunicado donde achacaba a Estados Unidos “las recientes fluctuaciones” en las relaciones entre ambos países, debido a “la intensa aplicación por parte de Estados Unidos de una serie de medidas restrictivas contra China tras las conversaciones económicas y comerciales de Madrid, las cuales han perjudicado gravemente los intereses de China y han socavado el clima de las conversaciones económicas y comerciales bilaterales”.

El comunicado chino recalcaba la necesidad de encontrarse “en un punto medio”, llamaba al consenso y a “encontrar soluciones a los problemas mediante el diálogo y la consulta en igualdad de condiciones”. Lo de la igualdad de condiciones es lo que más les cuesta asumir a los estadounidenses.

A la hora de rematar este artículo, se anunciaba que Estados Unidos y China habían alcanzado “un acuerdo preliminar” en Kuala Lumpur que, según Li Chenggang, el representante de Comercio Internacional de China, y principal negociador, incluye los controles a las exportaciones que Pekín aplica a las tierras raras, la posible prórroga de la suspensión recíproca de aranceles, la “ampliación adicional” del comercio bilateral y  las tarifas portuarias contra los buques chinos.

China y Estados Unidos acuerdan un acuerdo marco preliminar en Malasia, allanando el camino para las conversaciones entre Xi y Trump. South China Morning Post, 26 de octubre de 2025.

Por su parte, el secretario de Comercio estadounidense, Scott Bessent, anticipaba que el acuerdo aplazaría los controles de exportación sobre tierras raras e imanes, ampliados por China en octubre, y evitaría un nuevo arancel estadounidense del 100% sobre los productos chinos, con el que amenazaba Trump.

Está previsto que Xi Jinping y Donald Trump se reúnan el 30 de octubre en Corea del Sur. Si quiere sobrevivir en la partida que se está jugando en el nuevo mundo multipolar, donde China tiene muchos triunfos, a Estados Unidos le toca dejar de lado su tradicional arrogancia y prepotencia, y sentarse a negociar en serio. ¿Se bajará esta vez el inquilino de la Casa Blanca de su pedestal? El futuro de su país, ese que tanto dice defender y, en gran medida, el de sus lacayos europeos, está en juego.

Trump desperdicia la cumbre de Alaska y sopesa la escalada contra Rusia

14 de octubre de 2025

Trump desaprovecha el impulso de Alaska y cede a las presiones de los belicistas

Aunque con Trump nunca se sabe, todo indica que está a punto de desperdiciar el impulso que parecía haber cogido en Alaska para restablecer las relaciones con Rusia. El mero hecho de estar valorando el suministro de misiles Tomahawk a Ucrania, que pueden portar ojivas nucleares, supone una temeridad que Joe Biden rechazó cuando Zelenski se lo propuso en su “plan de paz”.

Trump y Zelensky hablan de misiles Tomahawk para Ucrania, dicen fuentes. Axios, 11 de octubre de 2025.

Desde su constante envanecimiento, Trump quizás había pensado que bastaba con desarrollar una buena relación personal con Putin para que éste se aviniera a su deseo de poner fin a la guerra o, al menos, decretara un alto el fuego, que permitiera disimular la derrota de la OTAN en Ucrania, y a Trump, salvar la cara. Por lo que se ve, Trump salió de Alaska convencido de que un paseíto en su limusina bastaba para que el presidente de Rusia se plegara a sus deseos.

El problema de Estados Unidos y de Europa es que no escuchan, o no quieren escuchar, lo que dice Rusia, porque no les conviene. Putin y miembros destacados de su gobierno han repetido hasta la saciedad que para poner fin a la guerra en Ucrania es imprescindible afrontar las causas profundas que la provocaron. Y eso es algo que ni Estados Unidos ni Europa están dispuestos a plantearse, porque fueron ellos quienes la instigaron, y no están dispuestos a asumir las consecuencias de reconocerlo.

Por lo tanto, la guerra en Ucrania continuará, a menos que los miembros de la OTAN entiendan que tienen que sentarse a negociar sobre la base de los documentos que Rusia les envió en diciembre de 2021.  

Otro problema de fondo es que Trump se cree que todo el mundo debe satisfacer sus deseos, someterse a sus intereses, aunque vayan en perjuicio de los propios, y obedecer sus órdenes, como cuando exigió a Irán una “rendición incondicional” en la denominada guerra de los 12 días. En el fondo, Trump es idéntico a todos los presidentes estadounidenses, lo que ocurre es que no guarda las formas hipócritas de otros.

Trump llama a la “rendición incondicional” de Irán, mientras la guerra entre Israel e Irán continúa.

Como Putin no le ha hecho caso, y después de cada conversación se sucedía un nuevo bombardeo sobre Ucrania, Trump ha terminado cogiéndose una rabieta. Ha confundido el hecho de que Putin y él tuvieran conversaciones de manera sosegada, con que el presidente ruso aceptara renunciar a todos los objetivos que le llevaron a involucrarse directamente en la guerra civil que se desarrollaba en Ucrania desde 2014, sin obtener nada a cambio.

Acosado por las presiones de los neoconservadores en casa, y de los europeos y Zelenski fuera de ella, Trump está amagando con suministrar misiles de largo alcance, que no podrían operarse sin la intervención directa de militares estadounidenses, como recordó Putin. Aunque Rusia ha estado haciendo como que no ve la participación de los miembros de la OTAN en el conflicto, llega un punto en que la farsa no puede estirarse más. Tanto la opinión pública en Rusia, como los partidarios de la línea dura en el Kremlin, tienen un límite.

Las contradictorias declaraciones de altos dirigentes rusos sobre la cumbre de Alaska

El 5 de octubre, en relación con la posibilidad de que Estados Unidos enviara misiles Tomahawk a Ucrania, Putin afirmaba que «Esto conducirá a la destrucción de nuestras relaciones, o al menos de las tendencias positivas que han surgido en estas relaciones» y que supondría una «etapa cualitativamente nueva de escalada».

El 8 de octubre, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, remachaba el mensaje de su presidente, recalcando que el suministro de misiles Tomahawk supondría «un cambio serio en la situación». Riabkov se lamentaba de que el impulso cogido en Alaska se había perdido en gran medida, debido a las acciones de quienes quieren continuar la guerra “hasta el último ucraniano”, mayormente los europeos.

Sin embargo, como es lógico, Riabkov también depositaba gran parte de la responsabilidad en el deterioro de las relaciones en los propios Estados Unidos: “Tenemos una cierta estructura de relaciones que se está resquebrajando y derrumbando. Los estadounidenses son los culpables de esto. Las grietas ya han llegado a los cimientos”.

En breve: Diplomático ruso senior evalúa el resultado de la cumbre de Alaska, el asunto de los Tomahawk.

María Zajárova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, afirmó que en caso de tomarse la decisión de proveer a Kiev con misiles Tomahawk, este hecho «infligirá un daño irreparable a las relaciones ruso-estadounidenses que recién empezaron a manifestar elementos del restablecimiento del diálogo bilateral».

Las subsiguientes declaraciones sobre el mismo tema realizadas por Vladímir Putin; posteriormente por su portavoz, Dimitri Peskov; y por el asesor presidencial, Yuri Ushakov, parecen entrar en contradicción con las de Riabkov, Zajárova, y con las propias de Putin, expresadas el 5 de octubre.  

El 10 de octubre, en una rueda de prensa durante su viaje a Tayikistán, a preguntas de los periodistas sobre las palabras de Serguéi Riabkov, Putin señaló que no han sido revelados todos los detalles de la reunión con Donald Trump: «Nos limitamos a decir que, en general, tenemos un entendimiento por parte de Estados Unidos y de Rusia sobre hacia dónde debemos ir y hacia dónde debemos esforzarnos para poner fin a este conflicto por medios pacíficos».

Putin añadió que se trata de cuestiones complicadas que requieren una evaluación adicional. «No cambiamos nada por nuestra cuenta y creemos que es necesario refinar algo más entre ambas partes. Pero en general, nos mantenemos dentro de los acuerdos de Alaska«, aseguró.

Peskov, en línea con su jefe, aseveró el 12 de octubre que «La parte rusa sigue afirmando que estamos listos para una solución pacífica. Y también escuchamos a Trump hablar constantemente de la necesidad de sentarse a la mesa de negociaciones. De esto, concluimos que aún conserva la voluntad política. Sin embargo, los europeos y el régimen de Kiev se muestran totalmente reacios a hacer algo en ese sentido», remachó Peskov.

El Kremlin dice que Rusia está lista para un acuerdo en Ucrania, culpa a Europa, Kiev por la reluctancia. Xinhua news agency.

Por su parte, el asesor presidencial Yuri Ushakov declaró el 12 de octubre que los acuerdos alcanzados durante la reunión en Alaska entre Putin y Trump constituyen «la estrella guía» para resolver el conflicto ucraniano. Ushakov lamentó que Kiev no quiera que esos esfuerzos prosperen, y aseguró que Moscú sigue en contacto “constante” con Washington para encontrar una solución al conflicto. Ushakov puntualizó que, aunque ahora «tal vez» los esfuerzos sean «invisibles» y no se vean resultados, «tarde o temprano se notarán», según informa Russia Today en español, censurada en la Unión Europea.

La necesidad de recuperar la kremlinología

Para analizar la situación geopolítica es imprescindible analizar lo que dicen quienes trabajan en el Kremlin. Eso que en la época soviética se denominaba la kremlinología. Eran otros tiempos, donde los círculos del poder soviético eran mucho más opacos. Pero si queremos descifrar lo que ocurre en la cúpula rusa, la necesidad de desmenuzar lo que declaran Putin, Lavrov o Peskov sigue siendo tan imperativa como lo era en la época de Leónid Brézhnev o Andrei Gromiko.

Las contradicciones que observamos en esta sucesión de declaraciones revelan que en el Kremlin hay mar de fondo. Después de más de tres años y medio de guerra, el porcentaje de aprobación de Putin está en el 87%, pero si prestas atención a la opinión pública rusa, te das cuenta de que existe un cierto hartazgo por la duración de la guerra. Tanto en la calle, como en los pasillos del Kremlin.

Putin sigue apostando por llegar a una entente cordial con Estados Unidos, que permita una coexistencia entre ambas potencias. A pesar de la bilis que segregan las élites occidentales, y sus altavoces mediáticos, respecto a la figura de Putin, conviene recordar que el presidente ruso encarna a la facción moderada del Kremlin.

De ahí que el 12 de octubre, tras haber enseñado los colmillos siete días antes, Putin modulara sus palabras acerca de una hipotética “destrucción” de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, y dejara la puerta abierta a su reconducción. Siempre y cuando, apostillo yo, no se produzca el envío de los Tomahawk a Ucrania. 

En el Kremlin también hay quienes desconfían de la conveniencia de invertir tiempo y energías en un proceso de acercamiento a Estados Unidos, dando por sentado que no son un interlocutor en el que se pueda confiar. Son los que apuestan por que el ejército ruso se quite los guantes y acabe el trabajo, sin tantos miramientos, porque consideran que están perdiendo el tiempo, y con él, muchas vidas de sus compatriotas.

Hasta el momento, Putin se está saliendo con la suya, por varias razones.

La estrategia militar de guerra de desgaste está resultando correcta. El objetivo de Rusia nunca ha sido estrictamente territorial, sin despreciar la necesidad de proteger a la población rusa y rusófona que habita en Ucrania, sobre todo en el este. El objetivo declarado es la “desmilitarización” del país, es decir, la destrucción de su ejército, con el fin de que no vuelva a representar una amenaza, al menos en el corto y medio plazo. Teniendo en cuenta el grado de histeria que presentan Zelenski y sus patrocinadores europeos, Rusia está cumpliendo ese objetivo.

En un artículo publicado el 12 de julio de 2021, Putin ya consideraba que el pueblo ruso y el ucraniano son “un solo pueblo, en conjunto”. Calificaba de “gran desgracia y tragedia común” el muro que había emergido entre Rusia y Ucrania en los últimos años, que había sido “el resultado de los esfuerzos deliberados de esas fuerzas que siempre han buscado minar nuestra unidad”.

Con esas premisas, no parece coherente adoptar la estrategia estadounidense de provocar “conmoción y miedo”, a quien las “víctimas colaterales” siempre le importan un pimiento, cuando de lo que se trata es de arrasar países para imponer sus intereses geopolíticos o económicos, que vienen a ser lo mismo.

Por último, Putin no pierde de vista a los países que conforman la mayoría del mundo. Especialmente a sus aliados en los BRICS, que no entenderían que Rusia desplegara un ataque inmisericorde, que decimara a quienes considera miembros de un único pueblo.

La mayoría de los países del mundo realizan un análisis de lo que está ocurriendo entre Ucrania y Rusia muy distinto al que pretenden inculcarnos las élites europeas, y los propagandistas de la OTAN. El pretendido aislamiento de Rusia sólo existe en las mentes calenturientas de personajes como Kaja Kallas o Mark Rutte, que se niegan a reconocer que, al margen de sus cuatro acólitos asiáticos, quien está aislado internacionalmente es occidente.

Aunque Putin apueste por una estrategia de contención en Ucrania, si llega el momento en que detecta un peligro real que afecte a la supervivencia de Rusia como Estado soberano, tomará las medidas oportunas para salvaguardar su independencia y su supervivencia. “Rusia siempre ha sido, es y será”, afirmó en el Foro de Discusión de Valdái.

La OTAN sigue cruzando líneas rojas, confundiendo contención con debilidad

El planteamiento de la OTAN es que Rusia amaga, pero no da. Estados Unidos y Europa han cruzado lo que ellos consideran sucesivas líneas rojas de Moscú, sin que el Kremlin haya respondido con una escalada cualitativamente distinta a la guerra de desgaste, que es la estrategia que le está dando resultados. ¿Por qué cambiarla, si le va bien?

Trump cometió el error de llamar a Rusia “tigre de papel”, aunque luego rectificó y dijo que nunca lo volvería a hacer. Putin le dio la réplica en el Foro de Discusión de Valdái: «Un tigre de papel. ¿Qué sigue entonces? ¡Vayan y lidien con este tigre de papel! Si luchamos con todo el bloque de la OTAN, avanzamos, nos sentimos seguros y somos un ‘tigre de papel’, ¿qué es la OTAN en sí?»

Rusia está triturando el ejército ucraniano, a pesar de las sucesivas oleadas de armamento que le ha venido proporcionando la OTAN. La prensa occidental se apresuraba a calificar cada nuevo suministro como el “arma milagrosa” que iba a darle la vuelta a la tortilla en el campo de batalla. Primero fueron los tanques Leopard alemanes; luego los Abrams estadounidenses; más tarde vinieron los misiles Storm Shadow británicos, los Scalp franceses; posteriormente los cazas F-16… Rusia se las ha apañado para neutralizar cada una de estas armas, y hasta The New York Times reconoce que el ejército ruso está avanzando.

Rusia está “aplastando” a Ucrania hasta la victoria ante nuestros ojos. National Security Journal.

Imaginemos que hubiera sido Rusia la que hubiera promovido un golpe de Estado en México, para instalar un gobierno títere, al que armar hasta los dientes, que posteriormente hubiera matado a 14.000 estadounidenses residentes en las regiones mexicanas fronterizas con Estados Unidos, y que se mostrara dispuesto a acoger armas nucleares con las que atacar a su vecino del norte. ¿Cuál habría sido la reacción de Washington? Con toda probabilidad, bombardeos de saturación hasta revertir la situación, o incluso nucleares, como ya hizo en Hiroshima y Nagasaki, hasta lograr un cambio de régimen que garantizara su tranquilidad en el flanco sur.

Esta valoración encaja con el hecho de que Trump le echara en cara a Putin que llevaba cuatro años en una guerra, que supuestamente debería haber durado una semana: en una situación similar, los estadounidenses habrían apostado por un ataque masivo y fulgurante, sin ninguna contemplación. Ignorando los componentes profundos de la estrategia rusa, la OTAN está confundiendo la contención que está mostrando Rusia con debilidad.

El 2 de octubre en Valdái, Putin avisó de que el envío de misiles Tomahawk a Ucrania representaría “un nivel de escalada completamente nuevo”.  Por una parte, Putin se esfuerza por mantener abierta la puerta al acercamiento, pero por otro advierte que Estados Unidos podría estar cruzando la línea roja definitiva: esa que Rusia no podría consentir que sobrepasaran. La capacidad nuclear de los Tomahawk podría constituir el salto cualitativo que forzaría a Putin a abandonar su posición conciliadora con Estados Unidos.

Putin: Los misiles Tomahawk supondrían un “nivel de escalada completamente nuevo” entre Estados Unidos y Rusia. Kyiv Post, 2 de octubre de 2025.

Durante toda la guerra, el Pentágono no sólo ha estado proporcionando armamento a Ucrania, sino datos de inteligencia y coordenadas imprescindibles para utilizarlo. La existencia de contactos bilaterales al más alto nivel entre Rusia y Estados Unidos no es óbice para que siga haciéndolo. Financial Times nos informa de que, desde el verano, Washington está proporcionando información a Kiev para que ataque infraestructuras energéticas en el interior de Rusia, mucho más allá del campo de batalla.

Ucrania golpea instalaciones energéticas rusas con la ayuda de Estados Unidos.

Según el periódico londinense, el apoyo de la administración de Trump a las operaciones ucranianas supone un esfuerzo coordinado para debilitar a Moscú. En realidad, el propósito que subyace es el de forzarlo a sentarse en una mesa de negociaciones que no serían tales, sino una simple exigencia de capitulación.

Las últimas declaraciones de Donald Trump en relación con la posibilidad de entregar misiles Tomahawk a Ucrania parecen indicar que le han llegado las advertencias de Rusia. A bordo del Air Force One, Trump declaró que, antes de hacerlo, podría advertir a Putin que Estados Unidos está contemplando dicho escenario: “Miren: si esta guerra no se resuelve, les enviaré Tomahawks. El Tomahawk es un arma increíble, un arma muy ofensiva. Y, sinceramente, Rusia no la necesita”. Si con estas amenazas Trump pretende que Rusia se avenga a detener el impulso de su actual ofensiva, y decretar al menos un alto el fuego, se equivoca de plano.

Trump dice que podría advertir a Putin de que Estados Unidos está considerando los Tomahawks para Ucrania. Bloomberg, 12 de octubre de 2025.

El 13 de octubre, preguntado Zelenski si Trump había aprobado ya la entrega de los Tomahawks, el presidente de Ucrania respondía con evasivas, que estaban trabajando en ello, y que “ya veremos”, lo que significa que Trump aún no lo ha hecho.

El mismo día, Dimitri Peskov advertía que el suministro de misiles con capacidad nuclear a Ucrania “podría acabar mal”. El portavoz de Putin recordaba que “El manejo de misiles tan complejos requerirá, de una forma u otra, la participación de especialistas estadounidenses. Esto es un hecho evidente […] Cualquier experto aquí lo entiende perfectamente y lo sabe. Hemos hablado tanto de los Tomahawk que no veo el sentido de repetirlo».

Por su parte, Dimitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, también recordaba que es imposible distinguir en vuelo si un Tomahawk lleva una ojiva nuclear o no, y que el lanzamiento no lo realizarían los ucranianos, sino los estadounidenses. Y advertía: “¿Cómo responderá Rusia? ¡Exactamente!”. A buen entendedor…

Esperemos que Trump no se pase de listo con el tigre de papel, a riesgo de que el zarpazo de respuesta se nos lleve a todos por delante.

El ataque de Israel en Catar socava la protección de Estados Unidos a las petromonarquías

30 de septiembre de 2025

El intento de asesinato de la cúpula de Hamas en Doha debilita al padrino estadounidense

El ataque de Israel a la cúpula de Hamas en Doha ha dañado significativamente el sistema de protección, de tinte mafioso, que dispensaba Estados Unidos a las monarquías petroleras desde los años 70.  Como señalé en un artículo anterior, en 1974, tras el embargo petrolero árabe por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra del Yom Kipur, Nixon envió a Kissinger a Arabia Saudita para solventar la crisis y garantizar el suministro.

Además de reanudar el flujo, de esa misión nació el sistema de los petrodólares: los saudíes venderían su petróleo denominado en dólares y, a cambio, Washington aseguraría la protección de la monarquía. Pronto, otros productores de crudo adoptaron también el dólar como moneda de referencia para sus transacciones.

El bombardeo perpetrado por el gobierno sionista de Netanyahu en Catar ha provocado la materialización de un pacto que probablemente llevara un tiempo gestándose, pero que ha sido anunciado justo después del ataque israelí en Doha: el acuerdo de seguridad firmado entre Arabia Saudita y Pakistán, que es una potencia nuclear. Cuando compruebas que un padrino ya no tiene la capacidad de protegerte, lo lógico es buscarte otro que sí pueda hacerlo.

Israel es el único país de la región que cuenta con armas nucleares. Además, no ha suscrito el Tratado de No Proliferación. Teniendo en cuenta el nivel de locura y el frenesí asesino que los sionistas al mando del gobierno hebreo están demostrando en Gaza, es comprensible que sus vecinos busquen estrategias de defensa ante un hipotético ataque nuclear por parte de Israel.

Israel, ese pequeño estado criminal en el corazón de Oriente Próximo, cuenta con un amplio historial delictivo. Israel ya había bombardeado previamente al Líbano, Jordania, Irak, Siria y, recientemente, Irán. Pero hasta ahora no se había atrevido a atacar a una de las monarquías petroleras bajo la protección del padrino estadounidense. Además, se da la circunstancia de que Catar alberga la mayor base del Pentágono en la región, a escasos 35 kilómetros de Doha, la capital.

Ubicación del ataque israelí en Doha, y de la base estadounidense Al Udeid. Ilustraciones: BBC.

Disponemos de informaciones contradictorias acerca de si Estados Unidos había sido avisado por su socio – ¿o deberíamos decir su amo? – acerca del ataque que pensaba perpetrar en una de sus monarquías protegidas. Después de que Axios reportara que Donald Trump había sido avisado previamente por Netanyahu sobre el bombardeo, el presidente de Estados Unidos lo desmintió, asegurando que “No, no lo hizo”.

Nadie en su sano juicio puede tragarse que Israel montó una operación de esta envergadura sin contar con el beneplácito o, al menos, el conocimiento de Washington. 1.700 kilómetros en línea recta separan Israel de Doha. Existen dos hipótesis acerca del modus operandi del ataque: una es que los cazas sobrevolaran Jordania y Arabia Saudita, con reabastecimiento en vuelo, aunque personalmente me chirría. Otra sostiene que se utilizaron unos sofisticados misiles, de fabricación israelí, que fueron disparados por cazas desde el Mar Rojo, precisamente para evitar el sobrevuelo por países árabes.

Infografía de Clash Report, publicada en X.

En cualquier caso, nadie puede creerse que una operación que afectaba a Catar, uno de los protegidos por Estados Unidos, no fuera comunicada previamente al padrino.

Netanyahu presume de que controla a Donald Trump

En una entrevista con el periodista Glenn Greenwald, Tucker Carlson aseguró que “Bibi anda por ahí —esto es un hecho, no lo estoy adivinando porque hablé con gente a la que se lo dijo— anda por Oriente Medio, por su región, por su propio país, diciéndole a la gente sin rodeos, sin más: «Yo controlo Estados Unidos. Yo controlo a Donald Trump”. Bibi es el apodo por el que se conoce a Netanyahu.

Si nos atenemos a los hechos, lo afirmado por Tucker Carlson es perfectamente verosímil. El genocidio que está cometiendo el gobierno de Netanyahu contra la población palestina está gozando de impunidad absoluta. Esto se debe a que el único actor que podría acabar de cuajo con la masacre, Estados Unidos, sigue prestando apoyo al gobierno de coalición encabezado por Netanyahu. Desde que Trump asumió la presidencia, el primer ministro genocida ha sido recibido cuatro veces en la Casa Blanca.

El 19 de septiembre, Reuters publicó que la administración de Donald Trump estaba planeando pedir autorización al Congreso para venderle armas a Israel, por valor de 6.400 millones de dólares. El paquete incluiría 30 helicópteros de ataque Apache, así como 3.250 vehículos de asalto para la infantería. No hace falta ser un experto militar para darse cuenta de que se trata del equipamiento adecuado para una invasión por tierra, justo ahora que se habla de la posibilidad de que Israel se anexione directamente Cisjordania. Donald Trump ha afirmado que no lo va a permitir. Veremos.

La administración de Trum planea venderle 6.400 millones de dólares en armas a Israel, afirman fuentes. Reuters, 19 de septiembre de 2025.

En 2020, Israel, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos firmaron los Acuerdos de Abraham, un intento de normalizar las relaciones entre el estado hebreo y los países árabes vecinos. Los acuerdos consisten en una declaración general, así como pactos bilaterales. Arabia Saudita estaba negociando sumarse a la iniciativa, pero a raíz del recrudecimiento del conflicto en Gaza, desde octubre de 2023, rehusó hacerlo. El reino saudí basó su negativa en la necesidad de fijar una hoja de ruta que condujera al establecimiento de un estado palestino.

El apoyo estadounidense al genocidio sionista en Palestina ha dejado en papel mojado los Acuerdos de Abraham, que fueron impulsados por Washington. Israel ha dejado claro que antepone sus intereses colonialistas y expansionistas a la posibilidad de mantener unas relaciones diplomáticas basadas en el respeto de sus vecinos árabes.

Israel empuja a Arabia Saudita hacia el pacto con Pakistán

En su visita a Arabia Saudita en mayo de este año, Donald Trump pronunció un pomposo discurso en el que, entre otras cosas, afirmó lo siguiente: “Como lo he demostrado repetidamente, estoy dispuesto a poner fin a los conflictos pasados ​​y a forjar nuevas alianzas para un mundo mejor y más estable, incluso si nuestras diferencias pueden ser muy profundas”.

Hasta el momento, la presidencia de Donald Trump no se ha caracterizado precisamente por su capacidad para “poner fin a los conflictos pasados”, especialmente en Oriente Próximo, dada su actitud benevolente hacia el genocida Netanyahu.

En su reciente discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Netanyahu presumió literalmente de haber asesinado a los dirigentes de Hezbolá, usando buscapersonas con explosivos. Los bombardeos israelíes en Irán del pasado mes de junio tenían el objetivo de decapitar al gobierno iraní, cuando se encontraba negociando con Estados Unidos un nuevo acuerdo nuclear, que sustituyera al JCPOA. El ataque israelí en Catar pretendía asesinar al equipo negociador de Hamas, en el momento en el que estaban reunidos analizando una propuesta de Estados Unidos. Con esta estrategia, Israel le está quitando a cualquiera las ganas de negociar. Quizá sea un efecto colateral que desea alcanzar.

Perfil – ¿Quiénes eran los líderes de Hamas que Israel trató de asesinar en Catar? Titular de Anadolu Ajansi.

La lección que los países árabes de la zona, supuestos aliados de Estados Unidos, han podido extraer del ataque sionista es que Israel ha utilizado la misma estrategia en Doha, que la empleada en el Líbano o Teherán. La supuesta protección que les dispensa Washington deja de tener efecto cuando entran en acción los intereses de su máximo protegido: Israel. Es decir, que la calidad de la protección es muy baja.

El primer país que ha extraído las conclusiones correctas de lo ocurrido ha sido Arabia Saudita, que ha recurrido a un viejo amigo, Pakistán, para proporcionarse un paraguas nuclear. El tratado de defensa mutua lo firmaron Mohammed bin Salman y Shehbaz Sharif, 8 días después del ataque israelí en Doha. Según reza el comunicado del gobierno saudí, “El acuerdo establece que cualquier agresión contra cualquiera de los países será considerada una agresión contra ambos”.

Fotografía: Marriyum Aurangzeb en X.

Arabia Saudita y Pakistán mantienen excelentes relaciones desde la independencia de Pakistán, en 1945, y de colaboración en el ámbito militar. Firmaron su primer protocolo de defensa en 1967, de alcance limitado, que se amplió en 1982, para incluir el estacionamiento de tropas pakistaníes en el reino saudí para propósitos de defensa, así como entrenamiento militar y ejercicios conjuntos.

El pacto entre ambos países ha sido bien recibido por Irán. Su presidente, Masoud Pezeshkian, se refirió de este modo al acuerdo en su intervención ante la reciente Asamblea General de Naciones Unidas: “Irán acoge con satisfacción el pacto defensivo entre los dos países musulmanes hermanos, el Reino de Arabia Saudita y la República Islámica de Pakistán, como el comienzo de un sistema integral de seguridad regional con la cooperación de los estados musulmanes de Asia Occidental en los ámbitos de la seguridad política y la defensa”.

Una reacción tan positiva por parte de Irán habría sido impensable hace muy poco tiempo. Sin embargo, las labores diplomáticas de China en la región, que propiciaron un acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, históricos rivales, están teniendo su efecto, como describí en este artículo.

El 15 de septiembre, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica celebraron una cumbre conjunta de emergencia en Doha, que reunió a dirigentes de alto nivel de 60 países, incluyendo a los primeros espadas de muchos de ellos. En una declaración, los participantes abogaron por “Que todos los Estados adopten todas las medidas legales y efectivas posibles para impedir que Israel continúe sus acciones contra el pueblo palestino”, incluyendo “la revisión de las relaciones diplomáticas y económicas con él y el inicio de procedimientos legales en su contra”.

Dirigentes de 60 países se reúnen en Doha, tras los ataques sionistas en Catar. Fotografía de Tamin bin Hamad.

Como acertadamente señaló Masoud Pezeshkian, el presidente iraní, “Mañana podría ser el turno de cualquier capital árabe o islámica”, en referencia a los ataques perpetrados por Israel en Doha.

La protección que Estados Unidos prestaba a sus aliados en la zona ha sido socavada por Israel, y los países árabes harían bien en materializar todos los pasos anunciados en la cumbre de Doha, con el objetivo de construir efectivamente una nueva arquitectura de seguridad regional, que saque al falso padrino de la zona, y neutralice a Israel.

Los países árabes del Golfo Pérsico, grandes productores de petróleo, tienen una herramienta muy poderosa en sus manos, que ya utilizaron en los años 70, para sacudirse la falsa protección de la mafia de Washington. También deberían utilizarla para presionar a Israel, y los pocos aliados que le quedan, con el objetivo de poner fin al genocidio sionista en Gaza. Ya están tardando.

P.S.: Poco antes de publicar este artículo, salta la noticia de que Netanyahu ha aceptado un “plan de paz” de Donald Trump para Gaza, y que dicha iniciativa ha sido saludada positivamente por un grupo de países árabes, que han publicado un comunicado conjunto. En una primera lectura, el plan constituye un trágala para Hamas, una coartada para que lo rechace y Netanyahu “acabe el trabajo”. Proponer a Tony Blair, uno de los artífices de la guerra de Irak, como figura al frente de una autoridad internacional en Gaza supone un sarcasmo.

Los países árabes deberían tomar partido de una vez por la causa palestina. De lo contrario, que no les extrañe que les acusen de complicidad en el genocidio sionista. 

Estados Unidos empuja a India hacia China y Rusia, mientras Europa se desmorona

12 de septiembre de 2025

La cumbre de la SCO es una bofetada para Estados Unidos

La foto de Narendra Modi, Xi Jinping y Vladimir Putin, sonrientes en la cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghái (SCO), ilustra el resultado de la histórica política de ordeno y mando de Estados Unidos, a la que Donald Trump le ha inyectado una buena dosis de esteroides y despojado de cualquier vestigio de diplomacia, excepto con los poderosos.

Vladímir Putin, Narendra Modi y Xi Jinping conversan en Tianjin, China. Foto publicada en la cuenta de X de Modi.

La elección de la ciudad de Tianjin como sede de la cumbre de la SCO no es casual. En la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en la ciudad comercial más importante del norte de China, tras ser inaugurada como puerto comercial en 1860, como consecuencia del Tratado de Pekín. Un tratado que el derrotado gobierno de la dinastía Qing se vio obligado a firmar al final de la Segunda Guerra del Opio (1856-1860), cuando Inglaterra impuso por las armas la comercialización del narcótico.

Entre 1860 y 1945, Tianjin albergó hasta nueve concesiones controladas por extranjeros, además de albergar temporalmente un gobierno militar multinacional (1900-1902). El mensaje que transmite la presencia en Tianjin de los líderes de tres naciones tan potentes actualmente como China, India y Rusia es obvio: la dominación extranjera se acabó, y no volverá.

Si Estados Unidos pretendía que Rusia le ayudara contra China, como analicé en este artículo, después de haberle empujado a sus brazos, no sólo no lo ha conseguido, sino que la imposición de aranceles del 50% a India ha logrado, a su vez, empujar a Modi a los brazos de Xi Jinping, porque con Putin ya se llevaba bien. Algunos comentaristas argumentan que Trump se merece el premio Nobel de la Paz por haber conseguido un acercamiento entre dos adversarios históricos.

Trump dice que India y Rusia parecen “perdidas” ante la “China más profunda y oscura”.

Los linces que diseñan la política exterior de Estados Unidos cosechan un éxito estratégico tras otro. Su soberbia les impide reconocer sus errores y adoptar otro enfoque más colaborativo. Sigue pareciéndoles inconcebible que haya países que se nieguen a aceptar el papel de súbditos del imperio. Les parece natural que el resto del mundo les rinda pleitesía.

Hay que reconocer que el comportamiento dócil de algunos países alimenta las fantasías de los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca de asomarse al balcón y contemplar un mundo unipolar a sus pies. Mención especial hay que otorgar dentro de esta categoría de vasallos a los europeos, comandados por Úrsula von der Leyen, paradigma de la sumisión vocacional. Volveré sobre ello más adelante.

Rusia y China construirán un gasoducto de gran trascendencia geopolítica

El principal resultado de la cumbre de la SCO en Tianjin fue que Rusia y China firmaron un acuerdo legalmente vinculante para construir el gasoducto Poder de Siberia 2. La tubería, que costará 13.600 millones de dólares, permitirá enviar 50.000 millones de metros cúbicos de gas desde Yamal, en el oeste de Siberia, directamente a China, tras atravesar Mongolia. Esta cantidad significa doblar los suministros de gas ruso a China, durante los próximos 30 años, según anunció Alexéi Miller, el presidente de Gazprom.

Mapa del Poder de Siberia 2. Publicado por Andrew Korybko en Substack.

La consecuencia más importante de este acuerdo es que el gas ruso del Ártico no fluirá a Europa, aunque los europeos dieran un giro de 180 grados a su política y se hincaran de rodillas en el Kremlin, suplicando recuperar los suministros vitales para su economía.

Este tipo de proyectos, que tardan años en gestarse y requieren cuantiosas inversiones, tiene implicaciones de gran calado. El gas se compra con unos determinados fines. La cantidad y duración del suministro acordado permite la planificación a largo plazo de las actividades económicas, un rasgo fundamental en el modelo político chino, que le ha deparado incuestionables éxitos al país. Desde 1970, China ha sacado a 770 millones de personas de la pobreza, y ha erradicado completamente la pobreza extrema. Unos logros a la vista de todos, reconocidos hasta por el Foro Económico Mundial de Davos, la quintaesencia del capitalismo.

Baste una gráfica para contrastar la evolución de la fuerza de trabajo en el sector industrial en China frente a Estados Unidos y Alemania, las otras dos grandes potencias exportadoras de manufacturas. El declive de Alemania queda plasmado en esta infografía del Banco Mundial, recogida por el Foro Económico Mundial.

Empleo en la industria en porcentaje sobre el total, desde 1991 hasta 2023.

Si la Unión Europea, en su carrera hacia el suicidio económico o, mejor dicho, asesinato a manos de sus élites, pretende enajenarse completamente del gas procedente de Rusia en enero de 2028, el acuerdo entre Moscú y Pekín les va a echar una mano. Después de haber consentido la voladura de los gasoductos Nord Stream a cargo de su supuesto aliado, la Unión Europea sigue comprando a Rusia el 13% del gas que importa, aunque ahora en formato de gas natural licuado, mucho más caro que el transportado por tubería.

En lugar de apostar por los contratos a largo plazo, con precios estables que permitan una planificación económica a las empresas, a los cerebros de la Unión Europea se les ocurrió la brillante idea de dejar en manos del mercado el precio del gas, con funestos resultados, como analicé en este artículo.  La incompetencia de las élites europeas sólo es comparable a su soberbia, que está alcanzando un nivel similar a la estadounidense. Con la diferencia de que el peso político y económico de la Unión Europea es incomparable con el de Estados Unidos, como consecuencia de las erróneas decisiones políticas de las élites que anidan en Bruselas. Porque la situación podría ser muy distinta, pero no han querido.

La política punitiva de Estados Unidos contra India ha sido el catalizador que necesitaban Rusia y China para plasmar el proyecto Poder de Siberia 2. Los aranceles estadounidenses del 50% impuestos a India, en castigo por comprar petróleo ruso, han resuelto el dilema de seguridad al que se enfrentaba Modi frente a China. Modi ha entendido que más le valía un acercamiento a sus vecinos geográficos, aunque no ideológicos, antes que aceptar una relación de sometimiento con Estados Unidos, la única que entienden sus sucesivos presidentes.

Fue la administración de Joe Biden quien le ordenó a India que comprara petróleo ruso para estabilizar los precios en el mercado, tras el inicio de la participación directa de Rusia en la guerra de Ucrania, como recordó Bob McNally, exasesor presidencial de George W. Bush, en declaraciones a la CNBC. Ahora Trump le ordena a la India que haga lo contrario, y su secretario del Tesoro acusa a India de enriquecerse, por haber seguido las instrucciones de la administración anterior.

Chris Wright, el comisario de energía estadounidense, dijo al Financial Times que la Unión Europea necesitaba acabar con sus importaciones de gas y petróleo ruso ya, si pretendía que Estados Unidos impusiera más sanciones a Rusia. Trump sabe que la UE no puede cortar de un día para otro las compras de energía a Rusia, por eso le pone unas condiciones de imposible cumplimiento, para justificar su negativa a incrementar las sanciones a Rusia.

Trump tampoco se atreve con China, pero está presionando a la Unión Europea para que imponga sanciones secundarias, en forma de aranceles, al coloso asiático y a India. En relación con esta solicitud, un funcionario del gobierno estadounidense declaró al Financial Times que “Estamos listos para empezar, listos para empezar ahora mismo, pero solo lo haremos si nuestros socios europeos nos acompañan”. Lo que viene a ser la versión diplomática del “pasa tú que a mí me da la risa”.

Donald Trump le dice a la UE que golpee a China e India con aranceles del 100% para presionar a Vladímir Putin. Financial Times, 9 de septiembre de 2025.

Teniendo en cuenta el nivel de genuflexión que alcanza Úrsula von der Leyen ante las pretensiones de Trump, no hay que descartar que ceda a la presión y termine de destruir la economía europea. De hecho, un día antes de la anterior noticia aparecía la de abajo en el mismo medio. Tampoco sería sorprendente que, después de haber empujado a Europa a sancionar a China, Trump no lo hiciera, y dejara a von der Leyen y su séquito colgados de la brocha.

La UE sopesa sanciones a China por las importaciones de energía rusa. Financial Times, 8 de septiembre de 2025.

Europa se enfrenta a una crisis política por culpa de sus élites

India le compra petróleo a Rusia por sus propios intereses. Después de quedarse con lo que necesita, refina el resto y lo revende a Europa, llevándose una tajada por el camino. Estas son las consecuencias de las sanciones a Rusia: que en Europa pagamos la gasolina más cara. Estas son las decisiones políticas que están conduciendo a la Unión Europea, y al Reino Unido, a una serie de crisis políticas, que tienen fundamentalmente causas económicas. Demos un rápido repaso a la situación en las principales potencias del continente europeo.

Precios de la factura de la luz en el mundo, libras al mes.

En el Reino Unido, Keir Starmer reconoce que se ha ocupado fundamentalmente de la política internacional, o sea, de Ucrania, desde que asumió el cargo de primer ministro. Starmer tiene una tasa de aprobación del 22%. La viceprimera ministra, Angela Rayner, dimitió por evasión fiscal, lo que precipitó una crisis de gobierno, que se llevó por delante a la ministra del Interior. El Reino Unido tiene uno de los precios más caros de la energía en el mundo. La industria británica paga un 60% más por cada unidad de energía eléctrica que cualquier otro país europeo, y el recibo de la luz para los hogares es el más caro de Europa.

Un artículo en The Telegraph, que recogía la opinión de varios economistas, afirmaba que el Reino Unido se encaminaba a un rescate del Fondo Monetario Internacional. El revuelo fue considerable, pero otro artículo en el mismo medio, firmado por la editora de la sección de economía, titulaba que ni siquiera un rescate del FMI podría salvar al Reino Unido ahora, debido a las diferencias entre los desafíos económicos actuales y los de los años 70, que motivaron el anterior rescate.

Por qué ni siquiera un rescate del FMI podría salvar a Gran Bretaña ahora. The Telegraph, 8 de septiembre de 2025.

En Alemania, el canciller Friedrich Merz, ha declarado que el estado del bienestar es insostenible. Lo hizo justo antes de que su ministro de Finanzas viajara a Kiev para prometer 9.000 millones de euros anuales al presidente de Ucrania, con el fin de seguir alimentando la guerra contra Rusia.

El estado del bienestar no es sostenible, dice el canciller alemán. The Telegraph, 24 de agosto de 2025.

Según recoge este completo artículo de Werner Rügemer, Friedrich Merz fue presidente del consejo de supervisión de BlackRock en Alemania entre 2016 y 2020, un cargo con responsabilidades estratégicas. Su principal labor fue impulsar la expansión de BlackRock en Alemania, reportando directamente a la sede en Nueva York. Además del sueldo oficial de 150.000 euros anuales, tuvo un contrato de consultoría con condiciones secretas. Durante esos años organizó reuniones privadas entre Laurence Fink, CEO de BlackRock, y altos cargos del gobierno alemán.

Paralelamente, BlackRock se consolidó como el mayor accionista y copropietario de unas 100 empresas clave en Alemania. La canciller Angela Merkel permitió este avance sin oposición y su asesor financiero Lars-Hendrik Röller terminó trabajando en BlackRock. Aunque Merz ahora se presenta desligado de la empresa, su relación con ella sigue siendo cuestionada.

En Francia, Emmanuel Macron también trabajó anteriormente en el sector financiero. En concreto, para la Banca Rothschild. Macron es el protagonista de una carrera meteórica, que sus compañeros en Rothschild juzgaban muy por encima de sus capacidades y conocimientos. Desde que asumió la presidencia, en 2017, Macron ha tenido seis primeros ministros. El último ha sido François Bayrou, que no superó una moción de confianza, tras proponer unos recortes de 43.800 millones en el presupuesto, que hubieran supuesto la congelación de las pensiones, una reducción en el empleo público, y recortes en las inversiones sociales y sanitarias.

El parlamento francés depone al primer ministro, profundizando la crisis política. Titular de Reuters.

Macron fue el primero en sugerir el envío de tropas de la OTAN a Ucrania, en febrero de 2025. Los países agrupados en torno a la “coalición de los dispuestos” están utilizando ese cebo para conseguir que Estados Unidos se comprometa a respaldar las garantías de seguridad que exigen Zelenski y sus patrocinadores europeos. Hasta el momento, sin éxito.

Los europeos han entrado en pánico, y se suceden supuestos ataques rusos – el último, una violación del espacio aéreo polaco a cargo de drones – que tienen origen en la inventiva de los propagandistas, o desprenden un fuerte aroma a falsa bandera. Todo vale con tal de anclar a Donald Trump a un conflicto del que persigue salir, haciendo malabarismos para evitar la imagen de derrota. Preguntado por la supuesta entrada de drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, Trump contestó que podía haberse tratado de un error: tiene muy poquitas ganas de activar el artículo 5 de la OTAN, que es lo que pretenden las élites europeas.  

Polonia está en su punto más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial, dice el primer ministro.

La solución de las élites europeas a la crisis política es más represión

En el Estado español, Pedro Sánchez ha mantenido en vigor la ley mordaza, que aseguró en 2015 que iba a derogar si accedía al cargo. Una promesa que formó luego parte del acuerdo de gobierno que estableció el PSOE con Podemos en diciembre de 2019, y que sigue sin cumplir.

Hasta el año 2023, se habían registrado en España más de 429.000 sanciones relacionadas con la seguridad ciudadana, y más del 76% fueron impuestas por desobediencia, resistencia o negativa a identificarse, o falta de respeto a la autoridad, un auténtico comodín. Hay personas en la cárcel por el simple hecho de manifestarse, sindicalistas por participar en un piquete, o cantantes por cantar, por culpa de esta ley. 

En el Reino Unido van por más de 1.500 detenidos por manifestarse contra el genocidio perpetrado por el gobierno de Israel contra la población palestina. A algunos de ellos se les está aplicando la legislación antiterrorista, aunque su delito consista en sostener un cartel donde proclaman, desde una silla de ruedas, su apoyo a Palestine Action, clasificada de grupo terrorista.

La democracia en el Reino Unido: terroristas en sillas de ruedas.

Son sólo dos botones de muestra del enfoque adoptado por las élites europeas para apagar los innumerables fuegos que está desatando la crisis económica y política, cuyos últimos episodios se están desarrollando en Francia mientras escribo: aplicar más represión en las calles, más censura en las redes sociales.

Para las élites occidentales, la policía sólo reprime cuando se producen protestas en aquellos países donde sus candidatos no ganan las elecciones – Venezuela, Rusia, Bielorrusia, Georgia – o donde agitan revoluciones de colores para tratar de derribar gobiernos y colocar a sus peones – Bangladés, Irán, o Indonesia, casualmente incorporada este año a los BRICS –. En los países donde gobiernan las élites occidentales, la policía se limita a salvaguardar el orden público, aunque se dedique a moler a palos a pacíficos manifestantes.

El discurso de Úrsula von der Leyen sobre el estado de la Unión presagia un incremento de la militarización del bloque y de los ataques a la libertad de expresión. El anuncio de “nuevas herramientas” para combatir la “manipulación de la información” y la “desinformación” se inscribe plenamente dentro del neolenguaje orwelliano que maneja la burocracia de Bruselas. Todo ello, mientras la presidenta de la Comisión se dispone a seguir saboteando la economía europea, maquinando junto a Kaja Kallas nuevos paquetes de sanciones bumerán contra Rusia.

Entre los valores europeos y democráticos que la UE afirma defender se abre camino también el del latrocinio. Bélgica acaba de mostrarse abierta a una mayor flexibilización del modo en el que trata los activos rusos depositados en Euroclear para maximizar los beneficios que obtiene, siempre y cuando las nuevas medidas a adoptar sean robustas jurídicamente, y los riesgos sean compartidos. Los abogados de la UE llevan años tratando de encontrar la solución jurídica para legalizar el robo. Se ve que cada vez están más cerca, siempre que el marrón, cuando les pillen, se lo coman entre todos los miembros.

Bélgica suavizará su postura sobre los activos rusos congelados si la UE comparte el riesgo. Financial Times, 10 de septiembre de 2025.

Von der Leyen también afirmó en su discurso sobre el estado de la Unión que «Es hora de romper con las ataduras de la unanimidad», precisando que “Necesitamos avanzar hacia la mayoría cualificada en algunos ámbitos, por ejemplo, en política exterior«. La presidenta de la Comisión pretende avanzar en una centralización aún mayor de las decisiones políticas, para arrinconar a esos incómodos países que tienen la mala costumbre de defender sus intereses nacionales en asuntos tan insignificantes como la seguridad energética. Lo que inmediatamente les supone ser etiquetados como «amigos de Putin»

A los burócratas de Bruselas les molesta que haya gobernantes en contra de destruir sus economías por ponerlas al servicio de intereses ajenos. Así que la solución es modificar las reglas de su “mundo basado en reglas”, cuando las reglas entorpecen sus objetivos, o los de sus patrocinadores.   

El mundo multipolar presenta más opciones para los países no alineados

En el actual contexto geopolítico, la cumbre de la SCO en Tianjin esta vez no ha sido ignorada por los medios occidentales, como ocurrió con la celebrada en septiembre de 2022 en Samarcanda, a la que pusieron sordina. En aquella ocasión, califiqué de nacimiento del mundo multipolar el evento. Tres años después, la SCO ha adquirido una consistencia geopolítica que pocos analistas occidentales anticiparon. En este enlace puedes encontrar la declaración íntegra de la cumbre en español.

El cambio de paradigma en las relaciones internacionales pivota en torno a la capacidad de elección con la que cuentan los países del denominado sur global. Una expresión que no me gusta demasiado, ya que prefiero hablar de la mayoría mundial, más ajustada a la realidad. Norte y sur tienen resonancias coloniales, y la “comunidad internacional” es un término significativamente en desuso, que pretendía generar la ilusión de que la opinión de occidente era la de todo el mundo.

Durante décadas, alinearse con Estados Unidos fue prácticamente la única opción para todos aquellos países que no estaban en la órbita del bloque soviético, o directamente bajo la batuta de Washington. La conferencia de Bandung, y el subsiguiente movimiento de países no alineados, no terminó de ganar tracción política. Visto como una amenaza a su hegemonía por Estados Unidos, y como una oportunidad para la Unión Soviética de frenar la influencia de Washington, sus miembros carecían del pegamento ideológico suficiente para compensar su diversidad. Tampoco contaban con el peso económico necesario para formar un bloque con personalidad geopolítica propia, por no hablar de su dispersión geográfica.

Mundo multipolar.

Sin embargo, el mundo multipolar que está naciendo sí ofrece oportunidades reales a los países que no aceptan el vasallaje que pretende imponerles Estados Unidos, para quien la consigna sigue siendo “o conmigo, o contra mí”. El enfoque de los BRICS, tres de cuyos miembros con mayor peso económico y político lo son también de la SCO, es radicalmente distinto, y la mayoría de los países del mundo está tomando nota.

Es significativo que, inmediatamente después de la cumbre de la SCO en Tianjin, Brasil solicitara una reunión urgente de los BRICS, que se celebró por vía telemática el 8 de septiembre. En el encuentro participaron los máximos mandatarios de Brasil, China, Rusia, Sudáfrica, Egipto, Irán, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos, así como representantes de India y Etiopía, lo que da idea de la importancia que la dirigencia de sus miembros otorga a la organización.

En la cumbre virtual, Xi Jinping recalcó la necesidad de avanzar en la cooperación y la solidaridad, profundizar en el multilateralismo, defender un sistema de comercio multilateral y construir una comunidad para un futuro compartido para la humanidad. El enfoque es significativamente distinto al de la “diplomacia de la cañonera” que está desplegando Estados Unidos en Venezuela. No es de extrañar que 32 países hayan mostrado su interés en unirse a los BRICS.

Xi hace tres propuestas en la cumbre virtual de los BRICS para cementar la solidaridad, avanzar en la cooperación. Titular de Xinhua.

Mientras los BRICS siguen construyendo, paso a paso, una nueva estructura multipolar, Estados Unidos continúa empeñado en que el resto del mundo obedezca sus órdenes, a golpe de cañonazos o de aranceles, con un efecto bumerán idéntico, si no mayor, al de las sanciones contra Rusia.

Las élites de la Unión Europea profundizan en su aislamiento geopolítico, mientras continúan socavando la economía, en una letal huida hacia adelante. Consumidas por sus delirios por recobrar una grandeza extinguida, sus decisiones políticas sólo conseguirán hundirnos en la miseria a todos, menos a ellos, que siempren encuentran un puestazo donde recolocarse. A menos que reaccionemos y les saquemos de sus poltronas, antes de que sea demasiado tarde.