4 de junio de 2025
La democracia no muere en Rumanía, la asesinan
Con el título “La democracia muere en Rumanía”, un artículo de Neil Clark, publicado en medios tan convencionales como The Spectator y Die Welt, alerta sobre la deriva autoritaria de la Unión Europea: “Europa está de celebración porque el ganador de las elecciones en Rumanía es un europeísta. Pero justo antes, se anularon las elecciones, el ganador fue arrestado y se le impidió volver a participar. Esto abre la puerta, en el corazón de Europa, a la exclusión de candidatos que, a ojos de quienes ostentan el poder, representan las posturas «equivocadas».

La democracia muere en Rumanía. 19 de mayo de 2025.
El artículo es para enmarcarlo, pero yo cambiaría el título: la democracia no se murió en Rumanía, la asesinaron. Neil Clark quizá usó un verbo intransitivo porque los asesinatos siempre los comete alguien. A estas alturas de la “democracia” europea, atribuir este crimen político a un autor concreto es conflictivo, sobre todo si quieres publicar en medios convencionales. Sin embargo, las élites europeas no sólo no han escondido su larga mano para moldear el resultado de las elecciones en Rumanía de acuerdo con sus intereses, sino que han sacado pecho de su injerencia.
Antes de reseñar las intromisiones de las élites en las elecciones presidenciales en Rumanía, hasta el extremo de coronar a su candidato, debemos hacer un breve repaso de cómo se ha fabricado este golpe de Estado en un país miembro de la Unión Europea. Para un análisis más detallado de la primera fase de la operación, puedes leer este artículo, que publiqué el 30 de enero.
El 24 de noviembre de 2024, Călin Georgescu obtuvo la primera posición en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, con un 22,94% de los votos. Las encuestas le daban un 38% en la segunda vuelta. Georgescu se había manifestado en contra de seguir apoyando a Ucrania en la guerra que libra contra Rusia, por encargo de Estados Unidos. Significativamente, el último lugar lo ocupó el ex vicesecretario general de la OTAN, Mircea Geoană, que sólo obtuvo el 6,32% de las papeletas: a pesar de la insistencia de las élites, y el denodado trabajo de la prensa a su servicio, la ciudadanía sigue sin comprar el discurso belicista.
El 4 de diciembre, medios occidentales publicaron diversas noticias en las que se acusaba a Rusia de organizar una campaña en TikTok, para favorecer al candidato Călin Georgescu. Justo antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, prevista para el 8 de diciembre, agencias de inteligencia rumana desclasificaron unos documentos, donde se hablaba de ciberataques “coordinados por un actor patrocinado por un estado”. Al día siguiente, el Tribunal Constitucional anuló no sólo la segunda vuelta, sino todo el proceso electoral. Así pues, quien enarboló en primer lugar el arma golpista fue la más alta instancia jurisdiccional del país.
Sin embargo, la atribución a Rusia de la supuesta campaña en redes para favorecer a Georgescu fue desmentida poco después por la propia fiscalía de Rumanía, que incluso desveló quién la había financiado: el PNL, el partido liberal rumano, con el objetivo de restar apoyos electorales a otros rivales.
No dejes que la realidad te estropee un buen titular
Neil Clark, el autor de la cita que arranca este artículo, nos recuerda que el 25 de abril de 2025, un tal Rowan Ings, de la Unidad de Desinformación Global de la BBC, admitía que “Las autoridades aún no han aportado ninguna prueba concreta de la interferencia rusa en las elecciones, lo que frustra a muchos rumanos”.
Llama la atención el orwelliano nombre de la unidad de la BBC. Sin embargo, encaja irónicamente con las tareas a las que se dedican los medios occidentales convencionales. A pesar del desmentido de la fiscalía rumana, los titulares que vinculaban a Georgescu a la esfera del Kremlin siguieron proliferando. Todo, por oponerse a seguir financiando la guerra de la OTAN contra Rusia en Ucrania.
El 9 de marzo, el muy progresista The Guardian seguía tildando de “prorruso” a Călin Georgescu para justificar la prohibición de las autoridades rumanas de volver a presentarse a las nuevas elecciones al ganador de la primera vuelta, convenientemente anulada.
El 10 de marzo, Reuters citaba la “sospechada” injerencia rusa en las elecciones para justificar el veto del Tribunal Constitucional de Rumanía a la candidatura de Călin Georgescu. Pasando por alto el desmentido de la fiscalía rumana, la agencia británica seguía hablando de “sospechas”. Una “prueba” aparentemente suficiente para prohibir a un candidato concurrir a unas elecciones.
Aunque la palma se la llevaba el Robert Lansing Institute, un chiringuito con aires de think tank, que titulaba de esta impactante guisa un artículo : “La inteligencia militar rusa tras el intento de golpe de Estado en Rumania: la oscura red que apoya al candidato prorruso Călin Georgescu”.

La inteligencia militar rusa tras el intento de golpe de Estado en Rumania: la oscura red que apoya al candidato prorruso Călin Georgescu.
Hay que tener mucho desparpajo para achacar intenciones de perpetrar un golpe de Estado a un candidato al que prohíben presentarse a las elecciones, después de haber ganado la primera vuelta, amparándose en falsedades y sospechas. Pero los medios occidentales, los gabinetes de ideas, las fundaciones y otros agentes no descansan en la construcción de una narrativa que vincule con el Kremlin a todos los que se salen del guion belicista, marcado desde Bruselas. Ahora mismo, en la Unión Europea, pronunciarse a favor de la paz supone que te equiparen con las huestes de Putin. No cabe mayor paradoja.
Las élites europeas presumen de injerencias y golpismo
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen se apresuró a respaldar la anulación de las elecciones en Rumanía, mientras el excomisario europeo Thierry Breton avisaba de que la Unión Europea estaba dispuesta a hacer lo mismo en Alemania, si consideraba que el candidato que ganaba las elecciones no era el adecuado.
¿Podrían ser anuladas las elecciones alemanas por la Comisión Europea?
Si hay algo que caracteriza a las élites europeas es su doble rasero. Mientras se escudan en “sospechadas” injerencias extranjeras para justificar la anulación, y sucesiva repetición, de las elecciones hasta que gana su candidato favorito, no tienen reparo en presumir de su voluntad de interferir en los procesos electorales en cuanto algún candidato osa salirse del guion de Bruselas, y es necesario poner orden en la “democracia”.
Valerie Hayer, eurodiputada y líder del grupo parlamentario Renew Europe, anunció en una entrevista con Franceinfo que iba a hacer todo lo posible “sobre el terreno”, junto con sus socios proeuropeos, “para garantizar que el próximo presidente rumano sea proeuropeo”.

Brussels Signal: Rumanía: Hayer, la presidenta de Renew, acusada de injerencia en las elecciones.
El grupo parlamentario Renew Europe incluye en sus filas al partido de Nicusor Dan, el candidato que finalmente se alzó con la presidencia en Rumanía: la Unión Salvar Rumanía (USR), etiquetado como de centro liberal. En el mismo grupo parlamentario encontramos a Renaissance, el partido de Emmanuel Macron, donde también milita Valerie Hayer. En la entrevista con Franceinfo, la francesa avanzó que organizaría “reuniones en todos los países, incluida Francia, para hacer un llamado a la diáspora rumana que vive en Francia, para que participen en estas elecciones y sigan construyendo el proyecto europeo que les pertenece”.
La misma Valerie Hayer que presumía de la intromisión francesa en las elecciones en Rumanía es la que acusaba a Elon Musk de “injerencias algorítmicas en el debate público” y solicitaba a la Unión Europea sanciones a la plataforma digital X (Twitter), usando la Digital Service Act, la herramienta que ha legalizado la persecución de las voces disidentes en la Unión Europea, amparada en el eufemismo de la lucha contra la “desinformación”.
El doble rasero de las élites europeas se hacía palpable nuevamente: las injerencias en las elecciones de otros miembros de la Unión Europea no sólo son buenas, sino necesarias, siempre y cuando vayan a favor de los candidatos que cuentan con el beneplácito de Bruselas.
El 16 de mayo, dos días antes de celebrarse las elecciones en Rumanía, Nicusor Dan publicaba en sus redes sociales un vídeo con una conversación mantenida con Emmanuel Macron. El presidente francés comenzaba usando el inglés, pero Nicusor Dan le ofrecía hablar en francés, puesto que el rumano cursó estudios universitarios en París. En la videoconferencia, Macron recalcaba que “lo que está en juego en estas elecciones desde luego es clave no sólo para el destino de Rumanía, sino también para el nuestro”.
Macron ocupa el centro del escenario en el enfrentamiento en las elecciones en Rumanía. 16 de mayo de 2025.
El presidente francés subrayaba en la conversación con su candidato favorito que “es esencial tener un socio proeuropeo involucrado en la seguridad colectiva”, a lo que el rumano apostillaba que “la seguridad es sin duda la principal preocupación de Europa” y “esto es lo primero que deberá ser desarrollado si me convierto en el presidente de Rumanía”.
Dicho y hecho. Al día siguiente del acceso a la presidencia, Nicusor Dan hablaba con Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, para asegurarle que Rumanía continuaría siendo un firme aliado, mientras anunciaba “inversiones en defensa para fortalecer el vínculo transatlántico que es vital para Rumanía y la Alianza”.
Publicación de Nicusor Dan, reseñando conversación con Mark Rutte.
No me cansaré de recordar la importancia de la posición geográfica de Rumanía, que alberga la segunda mayor base de la OTAN, junto al Mar Negro. La ampliación proyectada, con un presupuesto de 2.700 millones de dólares, la convertirá en la primera de la organización militar, con una extensión de 3.000 hectáreas y capacidad para albergar a 10.000 soldados y sus familias. Todo, a tiro de piedra de la costa ucraniana en el Mar Negro.
El diario Le Monde filtró en febrero del año pasado las intenciones de Emmanuel Macron de enviar tropas a Odessa, según recogían medios de Ucrania. Ahora ya no hablamos de lazos culturales, sino de la proyección del poder de Francia en esa zona, una vez que ha sido expulsada de África, así como de evitar que Rusia se haga con el control de toda la costa del Mar Negro.
Rusia denomina Novorossiya (Nueva Rusia) a los territorios al este y el sur de Ucrania. Una nomenclatura que procede de los tiempos de Catalina la Grande, en el siglo XVIII. El control ruso de todas las regiones que la integran permitiría bloquear la salida de Ucrania al Mar Negro, establecer una zona de amortiguación y conectar con la franja de Transnistria, al este de Moldavia, poblada por rusos en su mayoría, y que es independiente de facto.

Regiones de Ucrania que el Kremlin denomina Novorossiya (Nueva Rusia).
La “sorpresiva victoria” de Nicusor Dan
El nuevo presidente de Rumanía fue fundador del partido USR y, posteriormente, alcalde de Bucarest. En su discurso “hace hincapié en la lucha contra la corrupción, la prevalencia del imperio de la ley, la fortaleza de las instituciones y la modernización de la democracia rumana”, según leemos en su perfil, publicado por CIDOB.
Los resultados obtenidos por Nicusor Dan en la primera y la segunda vuelta de las repetidas elecciones presentan un ascenso meteórico. En la primera vuelta, el candidato George Simion obtuvo el 40,9% de los votos, el doble que Nicusor Dan. El partido de Simion, AUR (Alianza para la Unión de los Rumanos), es la segunda fuerza parlamentaria. En las elecciones legislativas de 2024, celebradas una semana después de la primera vuelta de las presidenciales, posteriormente anuladas, le sacó 10 puntos de ventaja al partido de Nicusor Dan, el USR: 22% frente al 12%.
George Simion se había mostrado no sólo en contra de seguir financiando la guerra con Ucrania, sino que había declarado que, en caso de ganar, podría nombrar primer ministro al defenestrado Calin Georgescu. Para las élites europeas, toda una provocación.

Resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía, 4 de mayo de 2025. Gráfico: Statista.
A pesar de que la encuesta de Statista señalaba un empate técnico entre George Simion y Nicusor Dan, en la segunda vuelta se obró el milagro: Nicusor Dan obtuvo el 53,6% de los votos, más que duplicando los obtenidos en la primera vuelta, sacando 7,2 puntos de ventaja a Simion. La participación en la segunda vuelta estuvo cerca del 65%, frente al 53% de la primera.
Encuesta publicada por Statista el 14 de mayo de 2025 sobre la intención de voto para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía.
El canal France 24 calificaba de “victoria sorpresa” la del candidato proeuropeo Nicusor Dan, y apuntaba al incremento de la participación en la segunda vuelta como uno de los factores que impulsaron el ascenso del candidato favorito de Emmanuel Macron. Financial Times también hablaba de una “sorpresiva recuperación” en la segunda vuelta, tras un pobre desempeño en la primera.
France 24: Victoria sorpresa para el candidato pro-europeo Nicusor Dan en la tensa repetición de las elecciones en Rumanía.
Tanto George Simion como Nicusor Dan hicieron campaña en Francia, con el objetivo de recabar votos de los emigrados, que ascienden aproximadamente a 500.000 personas en el país galo. Simion ganó el voto de la diáspora, sacándole más de 10 puntos al candidato de Bruselas. Una diferencia significativa, ya que se supone que los ciudadanos rumanos expatriados, mayoritariamente en Europa, deberían haberse decantado por el candidato europeísta.
En Italia, donde viven más de un millón de rumanos, la mayor colonia en el extranjero, Simion obtuvo el 70% de los votos. Este voto se entiende como uno de protesta frente a los partidos tradicionales, que son vistos como corruptos, según la politóloga Antonela Cappelle-Pogacean.
Resultados en el extranjero en la segunda ronda de las elecciones presidenciales en 2025 en Rumanía.
La diferencia de porcentajes en los votos obtenidos por ambos candidatos entre la diáspora encaja más con la existente entre Simion y Dan en la primera vuelta, que con los resultados finales de la segunda. Tras haberse calzado a Calin Georgescu, la maquinaria injerencista de la Unión Europea se puso a trabajar a fondo para poner al frente de Rumanía a su candidato, tal y como había anunciado Valerie Hayer.
La OTAN no se podía permitir a ningún presidente que pusiera en riesgo su hoja de ruta. La presidenta de la Comisión Europea no tardó en felicitar a su candidato por su triunfo en las elecciones rumanas. George Simion, por su parte, felicitó a Emmanuel Macron, al considerarle el verdadero vencedor de las elecciones en Rumanía.
Publicación de Nicusor Dan, agradeciendo las felicitaciones de la presidenta de la Comisión Europea.
Tras el fin del tumultuoso proceso electoral en Rumanía, Calin Georgescu anunció que se retiraba de la política, alegando que su familia necesitaba «tranquilidad». ¿Le hicieron llegar a Georgescu una oferta que no pudo rechazar?
Destruir la democracia para defenderla
Pavel Dúrov, creador junto a su hermano de la aplicación de mensajería Telegram, denunciaba públicamente que había recibido presiones del gobierno de Francia para que silenciara “voces conservadoras en Rumanía” antes de las elecciones presidenciales en el país. Dúrov apuntaba que no se puede “defender la democracia destruyendo la democracia”, ni “luchar contra la interferencia en las elecciones, interfiriendo en las elecciones”.

Publicación de Pavel Dúrov en Telegram.
Sin embargo, este es el proceso en el que se ha embarcado la Unión Europea, sin ningún género de dudas, como pone de manifiesto lo ocurrido en la campaña electoral en otro país miembro: Polonia. En este caso, Donald Tusk, actual primer ministro polaco, acusó al candidato a la presidencia Karol Nawrocki de “traición al Estado” por oponerse a la entrada de Ucrania en la OTAN. Tusk es un hombre del aparato de Bruselas: el ahora primer ministro en su país se desempeñó como presidente del Consejo Europeo entre 2014 y 2019.
La lectura de estas actitudes es bien sencilla, y viene indicada por un cambio en la terminología que usan las élites europeas, como señala Neil Clark: “Es notable cómo el discurso «liberal» de la élite ha virado hacia hablar de «valores democráticos» en lugar de «democracia». Esta es una diferencia crucial”.
Efectivamente. Si las élites se arrogan el privilegio de determinar lo que consideran «valores democráticos», están abriendo la puerta a excluir a candidatos que, en la opinión de quienes detentan el poder, mantienen posturas equivocadas, que inmediatamente son etiquetadas como “no democráticas”.
Tras el esperpento de la anulación y ulterior repetición de las elecciones presidenciales en Rumanía, una publicación tan conservadora como The Economist, que se arroga la potestad de elaborar un “Índice de la democracia”, degradó a Rumanía de la categoría de “democracia defectuosa” a la de “régimen híbrido”.

Romania Insider: Rumanía degradada a “régimen híbrido” en nuevo índice de la democracia. 28 de febrero de 2025.
No fue sólo Calin Georgescu quien fue apartado de la carrera presidencial en Rumanía. Diana Sosoaca, otra candidata conocida por su oposición a la OTAN y la Unión Europea, fue descalificada como aspirante a la presidencia por la Junta Electoral Central. Decisión que fue posteriormente ratificada por el Tribunal Constitucional, que adujo que cualquier candidato que abogara por abandonar la alianza militar o la UE no podía concurrir a las elecciones presidenciales, porque la pertenencia a la OTAN y la UE estaban estipuladas en la constitución del país.
Esto supone atribuir un carácter inalterable a lo que no dejan de ser posiciones políticas: ¿Por qué no se puede cambiar la constitución de un país? ¿Por qué no se puede plantear la salida de la Unión Europea? ¿Acaso no lo hizo el Reino Unido? Noruega no pertenece a la Unión Europea. ¿Habría que forzar un cambio de régimen en Oslo? No parece que sea necesario para los intereses de Bruselas: Noruega se ha convertido en el mayor proveedor de gas natural de la Unión, y es miembro fundador de la OTAN.
Austria tiene consagrada la neutralidad en su constitución, lo que encaja con la opinión mayoritaria de su población, que está en más de un 75% en contra entrar en la OTAN.Por lo tanto, la pertenencia o no a determinadas instituciones supranacionales es una cuestión política, susceptible de ser elegida, en última instancia, por la ciudadanía de cada país. ¿Cómo se atreve Donald Tusk a calificar de “traición” el rechazo de un candidato a que Ucrania ingrese en la OTAN? Varios miembros de la administración de Donald Trump, comenzando por el propio presidente, han declarado su escepticismo, cuando no rechazo, respecto al ingreso de Ucrania en la OTAN. ¿Les calificará también Tusk de traidores?

Financial Times: El presidente electo de Rumanía apoya un mayor gasto de la OTAN.
El nuevo mandatario de Rumanía ha recalcado su compromiso con los planes de rearmar a su país y a la Unión Europea: Nicusor Dan está a favor de un incremento en el gasto militar de los miembros de la OTAN. En este caso, la ciudadanía rumana ha votado “bien”, como decía Vargas Llosa, por lo que las elecciones han sido limpias, no ha habido campañas sospechosas en redes sociales, ni injerencias malignas de potencias extranjeras.
Las élites europeas están equiparando el acatamiento de sus postulados, elevados a la categoría de “valores democráticos”, con la democracia misma. Siguiendo esta lógica perversa, todo lo que se oponga a sus dictados es etiquetado como antidemocrático: posiciones políticas que hay que eliminar, por mor de la salvación de la democracia.
La deriva autoritaria de la Unión Europea se ha plasmado ya en Rumanía, ante la indiferencia de la opinión pública, el desinterés de los medios, y la aquiescencia cómplice de las principales capitales europeas, independientemente de su color político.
En Polonia, Karol Nawrocki, el candidato que ha mostrado su oposición a que Ucrania ingrese en la OTAN y en la Unión Europea, se impuso finalmente al contendiente apoyado por Donald Tusk en las elecciones presidenciales. El presidente en Polonia tiene poder de veto sobre la legislación. Tras la derrota de Rafal Trzaskowski, el candidato pro-Unión Europea apadrinado por Tusk, éste declaró que no pensaba “dar un paso atrás”.
¿Cómo tenemos que tomarnos las declaraciones de Donald Tusk? ¿Se repetirá el escenario vivido en Rumanía en otros países de la Unión Europea? ¿Seguiremos disfrutando de una democracia tutelada por las élites, donde sólo se admite la victoria de candidatos alineados con la burocracia atrincherada en Bruselas?
Una reciente investigación, titulada “Manufacturando la desinformación: La guerra de propaganda financiada por la UE contra la libertad de expresión” ha revelado que la Unión Europea se ha gastado 650 millones, en 349 proyectos, para contrarrestar el “discurso de odio” y la “desinformación”. En realidad, denuncia el estudio, “El dinero de los contribuyentes se ha utilizado conscientemente para financiar un complejo orwelliano de desinformación para dictar y controlar el lenguaje del debate público”.
Manufacturando la desinformación: La guerra de propaganda financiada por la UE contra la libertad de expresión.
Las élites europeas están entregadas a un proyecto totalitario en el que no sólo se demonizan y se tratan de excluir las ideas y propuestas políticas que contradicen sus delirios hegemónicos, sino que intentan controlar hasta el lenguaje que utilizamos en el debate público, achicando los escasos espacios de libertad que aún quedan. Este es el panorama al que nos enfrentamos en la Unión Europea, ante la peligrosa indiferencia de la mayoría de la población.