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Trump desperdicia la cumbre de Alaska y sopesa la escalada contra Rusia

14 de octubre de 2025

Trump desaprovecha el impulso de Alaska y cede a las presiones de los belicistas

Aunque con Trump nunca se sabe, todo indica que está a punto de desperdiciar el impulso que parecía haber cogido en Alaska para restablecer las relaciones con Rusia. El mero hecho de estar valorando el suministro de misiles Tomahawk a Ucrania, que pueden portar ojivas nucleares, supone una temeridad que Joe Biden rechazó cuando Zelenski se lo propuso en su “plan de paz”.

Trump y Zelensky hablan de misiles Tomahawk para Ucrania, dicen fuentes. Axios, 11 de octubre de 2025.

Desde su constante envanecimiento, Trump quizás había pensado que bastaba con desarrollar una buena relación personal con Putin para que éste se aviniera a su deseo de poner fin a la guerra o, al menos, decretara un alto el fuego, que permitiera disimular la derrota de la OTAN en Ucrania, y a Trump, salvar la cara. Por lo que se ve, Trump salió de Alaska convencido de que un paseíto en su limusina bastaba para que el presidente de Rusia se plegara a sus deseos.

El problema de Estados Unidos y de Europa es que no escuchan, o no quieren escuchar, lo que dice Rusia, porque no les conviene. Putin y miembros destacados de su gobierno han repetido hasta la saciedad que para poner fin a la guerra en Ucrania es imprescindible afrontar las causas profundas que la provocaron. Y eso es algo que ni Estados Unidos ni Europa están dispuestos a plantearse, porque fueron ellos quienes la instigaron, y no están dispuestos a asumir las consecuencias de reconocerlo.

Por lo tanto, la guerra en Ucrania continuará, a menos que los miembros de la OTAN entiendan que tienen que sentarse a negociar sobre la base de los documentos que Rusia les envió en diciembre de 2021.  

Otro problema de fondo es que Trump se cree que todo el mundo debe satisfacer sus deseos, someterse a sus intereses, aunque vayan en perjuicio de los propios, y obedecer sus órdenes, como cuando exigió a Irán una “rendición incondicional” en la denominada guerra de los 12 días. En el fondo, Trump es idéntico a todos los presidentes estadounidenses, lo que ocurre es que no guarda las formas hipócritas de otros.

Trump llama a la “rendición incondicional” de Irán, mientras la guerra entre Israel e Irán continúa.

Como Putin no le ha hecho caso, y después de cada conversación se sucedía un nuevo bombardeo sobre Ucrania, Trump ha terminado cogiéndose una rabieta. Ha confundido el hecho de que Putin y él tuvieran conversaciones de manera sosegada, con que el presidente ruso aceptara renunciar a todos los objetivos que le llevaron a involucrarse directamente en la guerra civil que se desarrollaba en Ucrania desde 2014, sin obtener nada a cambio.

Acosado por las presiones de los neoconservadores en casa, y de los europeos y Zelenski fuera de ella, Trump está amagando con suministrar misiles de largo alcance, que no podrían operarse sin la intervención directa de militares estadounidenses, como recordó Putin. Aunque Rusia ha estado haciendo como que no ve la participación de los miembros de la OTAN en el conflicto, llega un punto en que la farsa no puede estirarse más. Tanto la opinión pública en Rusia, como los partidarios de la línea dura en el Kremlin, tienen un límite.

Las contradictorias declaraciones de altos dirigentes rusos sobre la cumbre de Alaska

El 5 de octubre, en relación con la posibilidad de que Estados Unidos enviara misiles Tomahawk a Ucrania, Putin afirmaba que «Esto conducirá a la destrucción de nuestras relaciones, o al menos de las tendencias positivas que han surgido en estas relaciones» y que supondría una «etapa cualitativamente nueva de escalada».

El 8 de octubre, el viceministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, remachaba el mensaje de su presidente, recalcando que el suministro de misiles Tomahawk supondría «un cambio serio en la situación». Riabkov se lamentaba de que el impulso cogido en Alaska se había perdido en gran medida, debido a las acciones de quienes quieren continuar la guerra “hasta el último ucraniano”, mayormente los europeos.

Sin embargo, como es lógico, Riabkov también depositaba gran parte de la responsabilidad en el deterioro de las relaciones en los propios Estados Unidos: “Tenemos una cierta estructura de relaciones que se está resquebrajando y derrumbando. Los estadounidenses son los culpables de esto. Las grietas ya han llegado a los cimientos”.

En breve: Diplomático ruso senior evalúa el resultado de la cumbre de Alaska, el asunto de los Tomahawk.

María Zajárova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, afirmó que en caso de tomarse la decisión de proveer a Kiev con misiles Tomahawk, este hecho «infligirá un daño irreparable a las relaciones ruso-estadounidenses que recién empezaron a manifestar elementos del restablecimiento del diálogo bilateral».

Las subsiguientes declaraciones sobre el mismo tema realizadas por Vladímir Putin; posteriormente por su portavoz, Dimitri Peskov; y por el asesor presidencial, Yuri Ushakov, parecen entrar en contradicción con las de Riabkov, Zajárova, y con las propias de Putin, expresadas el 5 de octubre.  

El 10 de octubre, en una rueda de prensa durante su viaje a Tayikistán, a preguntas de los periodistas sobre las palabras de Serguéi Riabkov, Putin señaló que no han sido revelados todos los detalles de la reunión con Donald Trump: «Nos limitamos a decir que, en general, tenemos un entendimiento por parte de Estados Unidos y de Rusia sobre hacia dónde debemos ir y hacia dónde debemos esforzarnos para poner fin a este conflicto por medios pacíficos».

Putin añadió que se trata de cuestiones complicadas que requieren una evaluación adicional. «No cambiamos nada por nuestra cuenta y creemos que es necesario refinar algo más entre ambas partes. Pero en general, nos mantenemos dentro de los acuerdos de Alaska«, aseguró.

Peskov, en línea con su jefe, aseveró el 12 de octubre que «La parte rusa sigue afirmando que estamos listos para una solución pacífica. Y también escuchamos a Trump hablar constantemente de la necesidad de sentarse a la mesa de negociaciones. De esto, concluimos que aún conserva la voluntad política. Sin embargo, los europeos y el régimen de Kiev se muestran totalmente reacios a hacer algo en ese sentido», remachó Peskov.

El Kremlin dice que Rusia está lista para un acuerdo en Ucrania, culpa a Europa, Kiev por la reluctancia. Xinhua news agency.

Por su parte, el asesor presidencial Yuri Ushakov declaró el 12 de octubre que los acuerdos alcanzados durante la reunión en Alaska entre Putin y Trump constituyen «la estrella guía» para resolver el conflicto ucraniano. Ushakov lamentó que Kiev no quiera que esos esfuerzos prosperen, y aseguró que Moscú sigue en contacto “constante” con Washington para encontrar una solución al conflicto. Ushakov puntualizó que, aunque ahora «tal vez» los esfuerzos sean «invisibles» y no se vean resultados, «tarde o temprano se notarán», según informa Russia Today en español, censurada en la Unión Europea.

La necesidad de recuperar la kremlinología

Para analizar la situación geopolítica es imprescindible analizar lo que dicen quienes trabajan en el Kremlin. Eso que en la época soviética se denominaba la kremlinología. Eran otros tiempos, donde los círculos del poder soviético eran mucho más opacos. Pero si queremos descifrar lo que ocurre en la cúpula rusa, la necesidad de desmenuzar lo que declaran Putin, Lavrov o Peskov sigue siendo tan imperativa como lo era en la época de Leónid Brézhnev o Andrei Gromiko.

Las contradicciones que observamos en esta sucesión de declaraciones revelan que en el Kremlin hay mar de fondo. Después de más de tres años y medio de guerra, el porcentaje de aprobación de Putin está en el 87%, pero si prestas atención a la opinión pública rusa, te das cuenta de que existe un cierto hartazgo por la duración de la guerra. Tanto en la calle, como en los pasillos del Kremlin.

Putin sigue apostando por llegar a una entente cordial con Estados Unidos, que permita una coexistencia entre ambas potencias. A pesar de la bilis que segregan las élites occidentales, y sus altavoces mediáticos, respecto a la figura de Putin, conviene recordar que el presidente ruso encarna a la facción moderada del Kremlin.

De ahí que el 12 de octubre, tras haber enseñado los colmillos siete días antes, Putin modulara sus palabras acerca de una hipotética “destrucción” de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, y dejara la puerta abierta a su reconducción. Siempre y cuando, apostillo yo, no se produzca el envío de los Tomahawk a Ucrania. 

En el Kremlin también hay quienes desconfían de la conveniencia de invertir tiempo y energías en un proceso de acercamiento a Estados Unidos, dando por sentado que no son un interlocutor en el que se pueda confiar. Son los que apuestan por que el ejército ruso se quite los guantes y acabe el trabajo, sin tantos miramientos, porque consideran que están perdiendo el tiempo, y con él, muchas vidas de sus compatriotas.

Hasta el momento, Putin se está saliendo con la suya, por varias razones.

La estrategia militar de guerra de desgaste está resultando correcta. El objetivo de Rusia nunca ha sido estrictamente territorial, sin despreciar la necesidad de proteger a la población rusa y rusófona que habita en Ucrania, sobre todo en el este. El objetivo declarado es la “desmilitarización” del país, es decir, la destrucción de su ejército, con el fin de que no vuelva a representar una amenaza, al menos en el corto y medio plazo. Teniendo en cuenta el grado de histeria que presentan Zelenski y sus patrocinadores europeos, Rusia está cumpliendo ese objetivo.

En un artículo publicado el 12 de julio de 2021, Putin ya consideraba que el pueblo ruso y el ucraniano son “un solo pueblo, en conjunto”. Calificaba de “gran desgracia y tragedia común” el muro que había emergido entre Rusia y Ucrania en los últimos años, que había sido “el resultado de los esfuerzos deliberados de esas fuerzas que siempre han buscado minar nuestra unidad”.

Con esas premisas, no parece coherente adoptar la estrategia estadounidense de provocar “conmoción y miedo”, a quien las “víctimas colaterales” siempre le importan un pimiento, cuando de lo que se trata es de arrasar países para imponer sus intereses geopolíticos o económicos, que vienen a ser lo mismo.

Por último, Putin no pierde de vista a los países que conforman la mayoría del mundo. Especialmente a sus aliados en los BRICS, que no entenderían que Rusia desplegara un ataque inmisericorde, que decimara a quienes considera miembros de un único pueblo.

La mayoría de los países del mundo realizan un análisis de lo que está ocurriendo entre Ucrania y Rusia muy distinto al que pretenden inculcarnos las élites europeas, y los propagandistas de la OTAN. El pretendido aislamiento de Rusia sólo existe en las mentes calenturientas de personajes como Kaja Kallas o Mark Rutte, que se niegan a reconocer que, al margen de sus cuatro acólitos asiáticos, quien está aislado internacionalmente es occidente.

Aunque Putin apueste por una estrategia de contención en Ucrania, si llega el momento en que detecta un peligro real que afecte a la supervivencia de Rusia como Estado soberano, tomará las medidas oportunas para salvaguardar su independencia y su supervivencia. “Rusia siempre ha sido, es y será”, afirmó en el Foro de Discusión de Valdái.

La OTAN sigue cruzando líneas rojas, confundiendo contención con debilidad

El planteamiento de la OTAN es que Rusia amaga, pero no da. Estados Unidos y Europa han cruzado lo que ellos consideran sucesivas líneas rojas de Moscú, sin que el Kremlin haya respondido con una escalada cualitativamente distinta a la guerra de desgaste, que es la estrategia que le está dando resultados. ¿Por qué cambiarla, si le va bien?

Trump cometió el error de llamar a Rusia “tigre de papel”, aunque luego rectificó y dijo que nunca lo volvería a hacer. Putin le dio la réplica en el Foro de Discusión de Valdái: «Un tigre de papel. ¿Qué sigue entonces? ¡Vayan y lidien con este tigre de papel! Si luchamos con todo el bloque de la OTAN, avanzamos, nos sentimos seguros y somos un ‘tigre de papel’, ¿qué es la OTAN en sí?»

Rusia está triturando el ejército ucraniano, a pesar de las sucesivas oleadas de armamento que le ha venido proporcionando la OTAN. La prensa occidental se apresuraba a calificar cada nuevo suministro como el “arma milagrosa” que iba a darle la vuelta a la tortilla en el campo de batalla. Primero fueron los tanques Leopard alemanes; luego los Abrams estadounidenses; más tarde vinieron los misiles Storm Shadow británicos, los Scalp franceses; posteriormente los cazas F-16… Rusia se las ha apañado para neutralizar cada una de estas armas, y hasta The New York Times reconoce que el ejército ruso está avanzando.

Rusia está “aplastando” a Ucrania hasta la victoria ante nuestros ojos. National Security Journal.

Imaginemos que hubiera sido Rusia la que hubiera promovido un golpe de Estado en México, para instalar un gobierno títere, al que armar hasta los dientes, que posteriormente hubiera matado a 14.000 estadounidenses residentes en las regiones mexicanas fronterizas con Estados Unidos, y que se mostrara dispuesto a acoger armas nucleares con las que atacar a su vecino del norte. ¿Cuál habría sido la reacción de Washington? Con toda probabilidad, bombardeos de saturación hasta revertir la situación, o incluso nucleares, como ya hizo en Hiroshima y Nagasaki, hasta lograr un cambio de régimen que garantizara su tranquilidad en el flanco sur.

Esta valoración encaja con el hecho de que Trump le echara en cara a Putin que llevaba cuatro años en una guerra, que supuestamente debería haber durado una semana: en una situación similar, los estadounidenses habrían apostado por un ataque masivo y fulgurante, sin ninguna contemplación. Ignorando los componentes profundos de la estrategia rusa, la OTAN está confundiendo la contención que está mostrando Rusia con debilidad.

El 2 de octubre en Valdái, Putin avisó de que el envío de misiles Tomahawk a Ucrania representaría “un nivel de escalada completamente nuevo”.  Por una parte, Putin se esfuerza por mantener abierta la puerta al acercamiento, pero por otro advierte que Estados Unidos podría estar cruzando la línea roja definitiva: esa que Rusia no podría consentir que sobrepasaran. La capacidad nuclear de los Tomahawk podría constituir el salto cualitativo que forzaría a Putin a abandonar su posición conciliadora con Estados Unidos.

Putin: Los misiles Tomahawk supondrían un “nivel de escalada completamente nuevo” entre Estados Unidos y Rusia. Kyiv Post, 2 de octubre de 2025.

Durante toda la guerra, el Pentágono no sólo ha estado proporcionando armamento a Ucrania, sino datos de inteligencia y coordenadas imprescindibles para utilizarlo. La existencia de contactos bilaterales al más alto nivel entre Rusia y Estados Unidos no es óbice para que siga haciéndolo. Financial Times nos informa de que, desde el verano, Washington está proporcionando información a Kiev para que ataque infraestructuras energéticas en el interior de Rusia, mucho más allá del campo de batalla.

Ucrania golpea instalaciones energéticas rusas con la ayuda de Estados Unidos.

Según el periódico londinense, el apoyo de la administración de Trump a las operaciones ucranianas supone un esfuerzo coordinado para debilitar a Moscú. En realidad, el propósito que subyace es el de forzarlo a sentarse en una mesa de negociaciones que no serían tales, sino una simple exigencia de capitulación.

Las últimas declaraciones de Donald Trump en relación con la posibilidad de entregar misiles Tomahawk a Ucrania parecen indicar que le han llegado las advertencias de Rusia. A bordo del Air Force One, Trump declaró que, antes de hacerlo, podría advertir a Putin que Estados Unidos está contemplando dicho escenario: “Miren: si esta guerra no se resuelve, les enviaré Tomahawks. El Tomahawk es un arma increíble, un arma muy ofensiva. Y, sinceramente, Rusia no la necesita”. Si con estas amenazas Trump pretende que Rusia se avenga a detener el impulso de su actual ofensiva, y decretar al menos un alto el fuego, se equivoca de plano.

Trump dice que podría advertir a Putin de que Estados Unidos está considerando los Tomahawks para Ucrania. Bloomberg, 12 de octubre de 2025.

El 13 de octubre, preguntado Zelenski si Trump había aprobado ya la entrega de los Tomahawks, el presidente de Ucrania respondía con evasivas, que estaban trabajando en ello, y que “ya veremos”, lo que significa que Trump aún no lo ha hecho.

El mismo día, Dimitri Peskov advertía que el suministro de misiles con capacidad nuclear a Ucrania “podría acabar mal”. El portavoz de Putin recordaba que “El manejo de misiles tan complejos requerirá, de una forma u otra, la participación de especialistas estadounidenses. Esto es un hecho evidente […] Cualquier experto aquí lo entiende perfectamente y lo sabe. Hemos hablado tanto de los Tomahawk que no veo el sentido de repetirlo».

Por su parte, Dimitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional, también recordaba que es imposible distinguir en vuelo si un Tomahawk lleva una ojiva nuclear o no, y que el lanzamiento no lo realizarían los ucranianos, sino los estadounidenses. Y advertía: “¿Cómo responderá Rusia? ¡Exactamente!”. A buen entendedor…

Esperemos que Trump no se pase de listo con el tigre de papel, a riesgo de que el zarpazo de respuesta se nos lleve a todos por delante.

El ataque de Israel en Catar socava la protección de Estados Unidos a las petromonarquías

30 de septiembre de 2025

El intento de asesinato de la cúpula de Hamas en Doha debilita al padrino estadounidense

El ataque de Israel a la cúpula de Hamas en Doha ha dañado significativamente el sistema de protección, de tinte mafioso, que dispensaba Estados Unidos a las monarquías petroleras desde los años 70.  Como señalé en un artículo anterior, en 1974, tras el embargo petrolero árabe por el apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra del Yom Kipur, Nixon envió a Kissinger a Arabia Saudita para solventar la crisis y garantizar el suministro.

Además de reanudar el flujo, de esa misión nació el sistema de los petrodólares: los saudíes venderían su petróleo denominado en dólares y, a cambio, Washington aseguraría la protección de la monarquía. Pronto, otros productores de crudo adoptaron también el dólar como moneda de referencia para sus transacciones.

El bombardeo perpetrado por el gobierno sionista de Netanyahu en Catar ha provocado la materialización de un pacto que probablemente llevara un tiempo gestándose, pero que ha sido anunciado justo después del ataque israelí en Doha: el acuerdo de seguridad firmado entre Arabia Saudita y Pakistán, que es una potencia nuclear. Cuando compruebas que un padrino ya no tiene la capacidad de protegerte, lo lógico es buscarte otro que sí pueda hacerlo.

Israel es el único país de la región que cuenta con armas nucleares. Además, no ha suscrito el Tratado de No Proliferación. Teniendo en cuenta el nivel de locura y el frenesí asesino que los sionistas al mando del gobierno hebreo están demostrando en Gaza, es comprensible que sus vecinos busquen estrategias de defensa ante un hipotético ataque nuclear por parte de Israel.

Israel, ese pequeño estado criminal en el corazón de Oriente Próximo, cuenta con un amplio historial delictivo. Israel ya había bombardeado previamente al Líbano, Jordania, Irak, Siria y, recientemente, Irán. Pero hasta ahora no se había atrevido a atacar a una de las monarquías petroleras bajo la protección del padrino estadounidense. Además, se da la circunstancia de que Catar alberga la mayor base del Pentágono en la región, a escasos 35 kilómetros de Doha, la capital.

Ubicación del ataque israelí en Doha, y de la base estadounidense Al Udeid. Ilustraciones: BBC.

Disponemos de informaciones contradictorias acerca de si Estados Unidos había sido avisado por su socio – ¿o deberíamos decir su amo? – acerca del ataque que pensaba perpetrar en una de sus monarquías protegidas. Después de que Axios reportara que Donald Trump había sido avisado previamente por Netanyahu sobre el bombardeo, el presidente de Estados Unidos lo desmintió, asegurando que “No, no lo hizo”.

Nadie en su sano juicio puede tragarse que Israel montó una operación de esta envergadura sin contar con el beneplácito o, al menos, el conocimiento de Washington. 1.700 kilómetros en línea recta separan Israel de Doha. Existen dos hipótesis acerca del modus operandi del ataque: una es que los cazas sobrevolaran Jordania y Arabia Saudita, con reabastecimiento en vuelo, aunque personalmente me chirría. Otra sostiene que se utilizaron unos sofisticados misiles, de fabricación israelí, que fueron disparados por cazas desde el Mar Rojo, precisamente para evitar el sobrevuelo por países árabes.

Infografía de Clash Report, publicada en X.

En cualquier caso, nadie puede creerse que una operación que afectaba a Catar, uno de los protegidos por Estados Unidos, no fuera comunicada previamente al padrino.

Netanyahu presume de que controla a Donald Trump

En una entrevista con el periodista Glenn Greenwald, Tucker Carlson aseguró que “Bibi anda por ahí —esto es un hecho, no lo estoy adivinando porque hablé con gente a la que se lo dijo— anda por Oriente Medio, por su región, por su propio país, diciéndole a la gente sin rodeos, sin más: «Yo controlo Estados Unidos. Yo controlo a Donald Trump”. Bibi es el apodo por el que se conoce a Netanyahu.

Si nos atenemos a los hechos, lo afirmado por Tucker Carlson es perfectamente verosímil. El genocidio que está cometiendo el gobierno de Netanyahu contra la población palestina está gozando de impunidad absoluta. Esto se debe a que el único actor que podría acabar de cuajo con la masacre, Estados Unidos, sigue prestando apoyo al gobierno de coalición encabezado por Netanyahu. Desde que Trump asumió la presidencia, el primer ministro genocida ha sido recibido cuatro veces en la Casa Blanca.

El 19 de septiembre, Reuters publicó que la administración de Donald Trump estaba planeando pedir autorización al Congreso para venderle armas a Israel, por valor de 6.400 millones de dólares. El paquete incluiría 30 helicópteros de ataque Apache, así como 3.250 vehículos de asalto para la infantería. No hace falta ser un experto militar para darse cuenta de que se trata del equipamiento adecuado para una invasión por tierra, justo ahora que se habla de la posibilidad de que Israel se anexione directamente Cisjordania. Donald Trump ha afirmado que no lo va a permitir. Veremos.

La administración de Trum planea venderle 6.400 millones de dólares en armas a Israel, afirman fuentes. Reuters, 19 de septiembre de 2025.

En 2020, Israel, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Marruecos firmaron los Acuerdos de Abraham, un intento de normalizar las relaciones entre el estado hebreo y los países árabes vecinos. Los acuerdos consisten en una declaración general, así como pactos bilaterales. Arabia Saudita estaba negociando sumarse a la iniciativa, pero a raíz del recrudecimiento del conflicto en Gaza, desde octubre de 2023, rehusó hacerlo. El reino saudí basó su negativa en la necesidad de fijar una hoja de ruta que condujera al establecimiento de un estado palestino.

El apoyo estadounidense al genocidio sionista en Palestina ha dejado en papel mojado los Acuerdos de Abraham, que fueron impulsados por Washington. Israel ha dejado claro que antepone sus intereses colonialistas y expansionistas a la posibilidad de mantener unas relaciones diplomáticas basadas en el respeto de sus vecinos árabes.

Israel empuja a Arabia Saudita hacia el pacto con Pakistán

En su visita a Arabia Saudita en mayo de este año, Donald Trump pronunció un pomposo discurso en el que, entre otras cosas, afirmó lo siguiente: “Como lo he demostrado repetidamente, estoy dispuesto a poner fin a los conflictos pasados ​​y a forjar nuevas alianzas para un mundo mejor y más estable, incluso si nuestras diferencias pueden ser muy profundas”.

Hasta el momento, la presidencia de Donald Trump no se ha caracterizado precisamente por su capacidad para “poner fin a los conflictos pasados”, especialmente en Oriente Próximo, dada su actitud benevolente hacia el genocida Netanyahu.

En su reciente discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Netanyahu presumió literalmente de haber asesinado a los dirigentes de Hezbolá, usando buscapersonas con explosivos. Los bombardeos israelíes en Irán del pasado mes de junio tenían el objetivo de decapitar al gobierno iraní, cuando se encontraba negociando con Estados Unidos un nuevo acuerdo nuclear, que sustituyera al JCPOA. El ataque israelí en Catar pretendía asesinar al equipo negociador de Hamas, en el momento en el que estaban reunidos analizando una propuesta de Estados Unidos. Con esta estrategia, Israel le está quitando a cualquiera las ganas de negociar. Quizá sea un efecto colateral que desea alcanzar.

Perfil – ¿Quiénes eran los líderes de Hamas que Israel trató de asesinar en Catar? Titular de Anadolu Ajansi.

La lección que los países árabes de la zona, supuestos aliados de Estados Unidos, han podido extraer del ataque sionista es que Israel ha utilizado la misma estrategia en Doha, que la empleada en el Líbano o Teherán. La supuesta protección que les dispensa Washington deja de tener efecto cuando entran en acción los intereses de su máximo protegido: Israel. Es decir, que la calidad de la protección es muy baja.

El primer país que ha extraído las conclusiones correctas de lo ocurrido ha sido Arabia Saudita, que ha recurrido a un viejo amigo, Pakistán, para proporcionarse un paraguas nuclear. El tratado de defensa mutua lo firmaron Mohammed bin Salman y Shehbaz Sharif, 8 días después del ataque israelí en Doha. Según reza el comunicado del gobierno saudí, “El acuerdo establece que cualquier agresión contra cualquiera de los países será considerada una agresión contra ambos”.

Fotografía: Marriyum Aurangzeb en X.

Arabia Saudita y Pakistán mantienen excelentes relaciones desde la independencia de Pakistán, en 1945, y de colaboración en el ámbito militar. Firmaron su primer protocolo de defensa en 1967, de alcance limitado, que se amplió en 1982, para incluir el estacionamiento de tropas pakistaníes en el reino saudí para propósitos de defensa, así como entrenamiento militar y ejercicios conjuntos.

El pacto entre ambos países ha sido bien recibido por Irán. Su presidente, Masoud Pezeshkian, se refirió de este modo al acuerdo en su intervención ante la reciente Asamblea General de Naciones Unidas: “Irán acoge con satisfacción el pacto defensivo entre los dos países musulmanes hermanos, el Reino de Arabia Saudita y la República Islámica de Pakistán, como el comienzo de un sistema integral de seguridad regional con la cooperación de los estados musulmanes de Asia Occidental en los ámbitos de la seguridad política y la defensa”.

Una reacción tan positiva por parte de Irán habría sido impensable hace muy poco tiempo. Sin embargo, las labores diplomáticas de China en la región, que propiciaron un acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, históricos rivales, están teniendo su efecto, como describí en este artículo.

El 15 de septiembre, la Liga Árabe y la Organización para la Cooperación Islámica celebraron una cumbre conjunta de emergencia en Doha, que reunió a dirigentes de alto nivel de 60 países, incluyendo a los primeros espadas de muchos de ellos. En una declaración, los participantes abogaron por “Que todos los Estados adopten todas las medidas legales y efectivas posibles para impedir que Israel continúe sus acciones contra el pueblo palestino”, incluyendo “la revisión de las relaciones diplomáticas y económicas con él y el inicio de procedimientos legales en su contra”.

Dirigentes de 60 países se reúnen en Doha, tras los ataques sionistas en Catar. Fotografía de Tamin bin Hamad.

Como acertadamente señaló Masoud Pezeshkian, el presidente iraní, “Mañana podría ser el turno de cualquier capital árabe o islámica”, en referencia a los ataques perpetrados por Israel en Doha.

La protección que Estados Unidos prestaba a sus aliados en la zona ha sido socavada por Israel, y los países árabes harían bien en materializar todos los pasos anunciados en la cumbre de Doha, con el objetivo de construir efectivamente una nueva arquitectura de seguridad regional, que saque al falso padrino de la zona, y neutralice a Israel.

Los países árabes del Golfo Pérsico, grandes productores de petróleo, tienen una herramienta muy poderosa en sus manos, que ya utilizaron en los años 70, para sacudirse la falsa protección de la mafia de Washington. También deberían utilizarla para presionar a Israel, y los pocos aliados que le quedan, con el objetivo de poner fin al genocidio sionista en Gaza. Ya están tardando.

P.S.: Poco antes de publicar este artículo, salta la noticia de que Netanyahu ha aceptado un “plan de paz” de Donald Trump para Gaza, y que dicha iniciativa ha sido saludada positivamente por un grupo de países árabes, que han publicado un comunicado conjunto. En una primera lectura, el plan constituye un trágala para Hamas, una coartada para que lo rechace y Netanyahu “acabe el trabajo”. Proponer a Tony Blair, uno de los artífices de la guerra de Irak, como figura al frente de una autoridad internacional en Gaza supone un sarcasmo.

Los países árabes deberían tomar partido de una vez por la causa palestina. De lo contrario, que no les extrañe que les acusen de complicidad en el genocidio sionista. 

Estados Unidos empuja a India hacia China y Rusia, mientras Europa se desmorona

12 de septiembre de 2025

La cumbre de la SCO es una bofetada para Estados Unidos

La foto de Narendra Modi, Xi Jinping y Vladimir Putin, sonrientes en la cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghái (SCO), ilustra el resultado de la histórica política de ordeno y mando de Estados Unidos, a la que Donald Trump le ha inyectado una buena dosis de esteroides y despojado de cualquier vestigio de diplomacia, excepto con los poderosos.

Vladímir Putin, Narendra Modi y Xi Jinping conversan en Tianjin, China. Foto publicada en la cuenta de X de Modi.

La elección de la ciudad de Tianjin como sede de la cumbre de la SCO no es casual. En la segunda mitad del siglo XIX, se convirtió en la ciudad comercial más importante del norte de China, tras ser inaugurada como puerto comercial en 1860, como consecuencia del Tratado de Pekín. Un tratado que el derrotado gobierno de la dinastía Qing se vio obligado a firmar al final de la Segunda Guerra del Opio (1856-1860), cuando Inglaterra impuso por las armas la comercialización del narcótico.

Entre 1860 y 1945, Tianjin albergó hasta nueve concesiones controladas por extranjeros, además de albergar temporalmente un gobierno militar multinacional (1900-1902). El mensaje que transmite la presencia en Tianjin de los líderes de tres naciones tan potentes actualmente como China, India y Rusia es obvio: la dominación extranjera se acabó, y no volverá.

Si Estados Unidos pretendía que Rusia le ayudara contra China, como analicé en este artículo, después de haberle empujado a sus brazos, no sólo no lo ha conseguido, sino que la imposición de aranceles del 50% a India ha logrado, a su vez, empujar a Modi a los brazos de Xi Jinping, porque con Putin ya se llevaba bien. Algunos comentaristas argumentan que Trump se merece el premio Nobel de la Paz por haber conseguido un acercamiento entre dos adversarios históricos.

Trump dice que India y Rusia parecen “perdidas” ante la “China más profunda y oscura”.

Los linces que diseñan la política exterior de Estados Unidos cosechan un éxito estratégico tras otro. Su soberbia les impide reconocer sus errores y adoptar otro enfoque más colaborativo. Sigue pareciéndoles inconcebible que haya países que se nieguen a aceptar el papel de súbditos del imperio. Les parece natural que el resto del mundo les rinda pleitesía.

Hay que reconocer que el comportamiento dócil de algunos países alimenta las fantasías de los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca de asomarse al balcón y contemplar un mundo unipolar a sus pies. Mención especial hay que otorgar dentro de esta categoría de vasallos a los europeos, comandados por Úrsula von der Leyen, paradigma de la sumisión vocacional. Volveré sobre ello más adelante.

Rusia y China construirán un gasoducto de gran trascendencia geopolítica

El principal resultado de la cumbre de la SCO en Tianjin fue que Rusia y China firmaron un acuerdo legalmente vinculante para construir el gasoducto Poder de Siberia 2. La tubería, que costará 13.600 millones de dólares, permitirá enviar 50.000 millones de metros cúbicos de gas desde Yamal, en el oeste de Siberia, directamente a China, tras atravesar Mongolia. Esta cantidad significa doblar los suministros de gas ruso a China, durante los próximos 30 años, según anunció Alexéi Miller, el presidente de Gazprom.

Mapa del Poder de Siberia 2. Publicado por Andrew Korybko en Substack.

La consecuencia más importante de este acuerdo es que el gas ruso del Ártico no fluirá a Europa, aunque los europeos dieran un giro de 180 grados a su política y se hincaran de rodillas en el Kremlin, suplicando recuperar los suministros vitales para su economía.

Este tipo de proyectos, que tardan años en gestarse y requieren cuantiosas inversiones, tiene implicaciones de gran calado. El gas se compra con unos determinados fines. La cantidad y duración del suministro acordado permite la planificación a largo plazo de las actividades económicas, un rasgo fundamental en el modelo político chino, que le ha deparado incuestionables éxitos al país. Desde 1970, China ha sacado a 770 millones de personas de la pobreza, y ha erradicado completamente la pobreza extrema. Unos logros a la vista de todos, reconocidos hasta por el Foro Económico Mundial de Davos, la quintaesencia del capitalismo.

Baste una gráfica para contrastar la evolución de la fuerza de trabajo en el sector industrial en China frente a Estados Unidos y Alemania, las otras dos grandes potencias exportadoras de manufacturas. El declive de Alemania queda plasmado en esta infografía del Banco Mundial, recogida por el Foro Económico Mundial.

Empleo en la industria en porcentaje sobre el total, desde 1991 hasta 2023.

Si la Unión Europea, en su carrera hacia el suicidio económico o, mejor dicho, asesinato a manos de sus élites, pretende enajenarse completamente del gas procedente de Rusia en enero de 2028, el acuerdo entre Moscú y Pekín les va a echar una mano. Después de haber consentido la voladura de los gasoductos Nord Stream a cargo de su supuesto aliado, la Unión Europea sigue comprando a Rusia el 13% del gas que importa, aunque ahora en formato de gas natural licuado, mucho más caro que el transportado por tubería.

En lugar de apostar por los contratos a largo plazo, con precios estables que permitan una planificación económica a las empresas, a los cerebros de la Unión Europea se les ocurrió la brillante idea de dejar en manos del mercado el precio del gas, con funestos resultados, como analicé en este artículo.  La incompetencia de las élites europeas sólo es comparable a su soberbia, que está alcanzando un nivel similar a la estadounidense. Con la diferencia de que el peso político y económico de la Unión Europea es incomparable con el de Estados Unidos, como consecuencia de las erróneas decisiones políticas de las élites que anidan en Bruselas. Porque la situación podría ser muy distinta, pero no han querido.

La política punitiva de Estados Unidos contra India ha sido el catalizador que necesitaban Rusia y China para plasmar el proyecto Poder de Siberia 2. Los aranceles estadounidenses del 50% impuestos a India, en castigo por comprar petróleo ruso, han resuelto el dilema de seguridad al que se enfrentaba Modi frente a China. Modi ha entendido que más le valía un acercamiento a sus vecinos geográficos, aunque no ideológicos, antes que aceptar una relación de sometimiento con Estados Unidos, la única que entienden sus sucesivos presidentes.

Fue la administración de Joe Biden quien le ordenó a India que comprara petróleo ruso para estabilizar los precios en el mercado, tras el inicio de la participación directa de Rusia en la guerra de Ucrania, como recordó Bob McNally, exasesor presidencial de George W. Bush, en declaraciones a la CNBC. Ahora Trump le ordena a la India que haga lo contrario, y su secretario del Tesoro acusa a India de enriquecerse, por haber seguido las instrucciones de la administración anterior.

Chris Wright, el comisario de energía estadounidense, dijo al Financial Times que la Unión Europea necesitaba acabar con sus importaciones de gas y petróleo ruso ya, si pretendía que Estados Unidos impusiera más sanciones a Rusia. Trump sabe que la UE no puede cortar de un día para otro las compras de energía a Rusia, por eso le pone unas condiciones de imposible cumplimiento, para justificar su negativa a incrementar las sanciones a Rusia.

Trump tampoco se atreve con China, pero está presionando a la Unión Europea para que imponga sanciones secundarias, en forma de aranceles, al coloso asiático y a India. En relación con esta solicitud, un funcionario del gobierno estadounidense declaró al Financial Times que “Estamos listos para empezar, listos para empezar ahora mismo, pero solo lo haremos si nuestros socios europeos nos acompañan”. Lo que viene a ser la versión diplomática del “pasa tú que a mí me da la risa”.

Donald Trump le dice a la UE que golpee a China e India con aranceles del 100% para presionar a Vladímir Putin. Financial Times, 9 de septiembre de 2025.

Teniendo en cuenta el nivel de genuflexión que alcanza Úrsula von der Leyen ante las pretensiones de Trump, no hay que descartar que ceda a la presión y termine de destruir la economía europea. De hecho, un día antes de la anterior noticia aparecía la de abajo en el mismo medio. Tampoco sería sorprendente que, después de haber empujado a Europa a sancionar a China, Trump no lo hiciera, y dejara a von der Leyen y su séquito colgados de la brocha.

La UE sopesa sanciones a China por las importaciones de energía rusa. Financial Times, 8 de septiembre de 2025.

Europa se enfrenta a una crisis política por culpa de sus élites

India le compra petróleo a Rusia por sus propios intereses. Después de quedarse con lo que necesita, refina el resto y lo revende a Europa, llevándose una tajada por el camino. Estas son las consecuencias de las sanciones a Rusia: que en Europa pagamos la gasolina más cara. Estas son las decisiones políticas que están conduciendo a la Unión Europea, y al Reino Unido, a una serie de crisis políticas, que tienen fundamentalmente causas económicas. Demos un rápido repaso a la situación en las principales potencias del continente europeo.

Precios de la factura de la luz en el mundo, libras al mes.

En el Reino Unido, Keir Starmer reconoce que se ha ocupado fundamentalmente de la política internacional, o sea, de Ucrania, desde que asumió el cargo de primer ministro. Starmer tiene una tasa de aprobación del 22%. La viceprimera ministra, Angela Rayner, dimitió por evasión fiscal, lo que precipitó una crisis de gobierno, que se llevó por delante a la ministra del Interior. El Reino Unido tiene uno de los precios más caros de la energía en el mundo. La industria británica paga un 60% más por cada unidad de energía eléctrica que cualquier otro país europeo, y el recibo de la luz para los hogares es el más caro de Europa.

Un artículo en The Telegraph, que recogía la opinión de varios economistas, afirmaba que el Reino Unido se encaminaba a un rescate del Fondo Monetario Internacional. El revuelo fue considerable, pero otro artículo en el mismo medio, firmado por la editora de la sección de economía, titulaba que ni siquiera un rescate del FMI podría salvar al Reino Unido ahora, debido a las diferencias entre los desafíos económicos actuales y los de los años 70, que motivaron el anterior rescate.

Por qué ni siquiera un rescate del FMI podría salvar a Gran Bretaña ahora. The Telegraph, 8 de septiembre de 2025.

En Alemania, el canciller Friedrich Merz, ha declarado que el estado del bienestar es insostenible. Lo hizo justo antes de que su ministro de Finanzas viajara a Kiev para prometer 9.000 millones de euros anuales al presidente de Ucrania, con el fin de seguir alimentando la guerra contra Rusia.

El estado del bienestar no es sostenible, dice el canciller alemán. The Telegraph, 24 de agosto de 2025.

Según recoge este completo artículo de Werner Rügemer, Friedrich Merz fue presidente del consejo de supervisión de BlackRock en Alemania entre 2016 y 2020, un cargo con responsabilidades estratégicas. Su principal labor fue impulsar la expansión de BlackRock en Alemania, reportando directamente a la sede en Nueva York. Además del sueldo oficial de 150.000 euros anuales, tuvo un contrato de consultoría con condiciones secretas. Durante esos años organizó reuniones privadas entre Laurence Fink, CEO de BlackRock, y altos cargos del gobierno alemán.

Paralelamente, BlackRock se consolidó como el mayor accionista y copropietario de unas 100 empresas clave en Alemania. La canciller Angela Merkel permitió este avance sin oposición y su asesor financiero Lars-Hendrik Röller terminó trabajando en BlackRock. Aunque Merz ahora se presenta desligado de la empresa, su relación con ella sigue siendo cuestionada.

En Francia, Emmanuel Macron también trabajó anteriormente en el sector financiero. En concreto, para la Banca Rothschild. Macron es el protagonista de una carrera meteórica, que sus compañeros en Rothschild juzgaban muy por encima de sus capacidades y conocimientos. Desde que asumió la presidencia, en 2017, Macron ha tenido seis primeros ministros. El último ha sido François Bayrou, que no superó una moción de confianza, tras proponer unos recortes de 43.800 millones en el presupuesto, que hubieran supuesto la congelación de las pensiones, una reducción en el empleo público, y recortes en las inversiones sociales y sanitarias.

El parlamento francés depone al primer ministro, profundizando la crisis política. Titular de Reuters.

Macron fue el primero en sugerir el envío de tropas de la OTAN a Ucrania, en febrero de 2025. Los países agrupados en torno a la “coalición de los dispuestos” están utilizando ese cebo para conseguir que Estados Unidos se comprometa a respaldar las garantías de seguridad que exigen Zelenski y sus patrocinadores europeos. Hasta el momento, sin éxito.

Los europeos han entrado en pánico, y se suceden supuestos ataques rusos – el último, una violación del espacio aéreo polaco a cargo de drones – que tienen origen en la inventiva de los propagandistas, o desprenden un fuerte aroma a falsa bandera. Todo vale con tal de anclar a Donald Trump a un conflicto del que persigue salir, haciendo malabarismos para evitar la imagen de derrota. Preguntado por la supuesta entrada de drones rusos en el espacio aéreo de Polonia, Trump contestó que podía haberse tratado de un error: tiene muy poquitas ganas de activar el artículo 5 de la OTAN, que es lo que pretenden las élites europeas.  

Polonia está en su punto más cercano a un conflicto abierto desde la Segunda Guerra Mundial, dice el primer ministro.

La solución de las élites europeas a la crisis política es más represión

En el Estado español, Pedro Sánchez ha mantenido en vigor la ley mordaza, que aseguró en 2015 que iba a derogar si accedía al cargo. Una promesa que formó luego parte del acuerdo de gobierno que estableció el PSOE con Podemos en diciembre de 2019, y que sigue sin cumplir.

Hasta el año 2023, se habían registrado en España más de 429.000 sanciones relacionadas con la seguridad ciudadana, y más del 76% fueron impuestas por desobediencia, resistencia o negativa a identificarse, o falta de respeto a la autoridad, un auténtico comodín. Hay personas en la cárcel por el simple hecho de manifestarse, sindicalistas por participar en un piquete, o cantantes por cantar, por culpa de esta ley. 

En el Reino Unido van por más de 1.500 detenidos por manifestarse contra el genocidio perpetrado por el gobierno de Israel contra la población palestina. A algunos de ellos se les está aplicando la legislación antiterrorista, aunque su delito consista en sostener un cartel donde proclaman, desde una silla de ruedas, su apoyo a Palestine Action, clasificada de grupo terrorista.

La democracia en el Reino Unido: terroristas en sillas de ruedas.

Son sólo dos botones de muestra del enfoque adoptado por las élites europeas para apagar los innumerables fuegos que está desatando la crisis económica y política, cuyos últimos episodios se están desarrollando en Francia mientras escribo: aplicar más represión en las calles, más censura en las redes sociales.

Para las élites occidentales, la policía sólo reprime cuando se producen protestas en aquellos países donde sus candidatos no ganan las elecciones – Venezuela, Rusia, Bielorrusia, Georgia – o donde agitan revoluciones de colores para tratar de derribar gobiernos y colocar a sus peones – Bangladés, Irán, o Indonesia, casualmente incorporada este año a los BRICS –. En los países donde gobiernan las élites occidentales, la policía se limita a salvaguardar el orden público, aunque se dedique a moler a palos a pacíficos manifestantes.

El discurso de Úrsula von der Leyen sobre el estado de la Unión presagia un incremento de la militarización del bloque y de los ataques a la libertad de expresión. El anuncio de “nuevas herramientas” para combatir la “manipulación de la información” y la “desinformación” se inscribe plenamente dentro del neolenguaje orwelliano que maneja la burocracia de Bruselas. Todo ello, mientras la presidenta de la Comisión se dispone a seguir saboteando la economía europea, maquinando junto a Kaja Kallas nuevos paquetes de sanciones bumerán contra Rusia.

Entre los valores europeos y democráticos que la UE afirma defender se abre camino también el del latrocinio. Bélgica acaba de mostrarse abierta a una mayor flexibilización del modo en el que trata los activos rusos depositados en Euroclear para maximizar los beneficios que obtiene, siempre y cuando las nuevas medidas a adoptar sean robustas jurídicamente, y los riesgos sean compartidos. Los abogados de la UE llevan años tratando de encontrar la solución jurídica para legalizar el robo. Se ve que cada vez están más cerca, siempre que el marrón, cuando les pillen, se lo coman entre todos los miembros.

Bélgica suavizará su postura sobre los activos rusos congelados si la UE comparte el riesgo. Financial Times, 10 de septiembre de 2025.

Von der Leyen también afirmó en su discurso sobre el estado de la Unión que «Es hora de romper con las ataduras de la unanimidad», precisando que “Necesitamos avanzar hacia la mayoría cualificada en algunos ámbitos, por ejemplo, en política exterior«. La presidenta de la Comisión pretende avanzar en una centralización aún mayor de las decisiones políticas, para arrinconar a esos incómodos países que tienen la mala costumbre de defender sus intereses nacionales en asuntos tan insignificantes como la seguridad energética. Lo que inmediatamente les supone ser etiquetados como «amigos de Putin»

A los burócratas de Bruselas les molesta que haya gobernantes en contra de destruir sus economías por ponerlas al servicio de intereses ajenos. Así que la solución es modificar las reglas de su “mundo basado en reglas”, cuando las reglas entorpecen sus objetivos, o los de sus patrocinadores.   

El mundo multipolar presenta más opciones para los países no alineados

En el actual contexto geopolítico, la cumbre de la SCO en Tianjin esta vez no ha sido ignorada por los medios occidentales, como ocurrió con la celebrada en septiembre de 2022 en Samarcanda, a la que pusieron sordina. En aquella ocasión, califiqué de nacimiento del mundo multipolar el evento. Tres años después, la SCO ha adquirido una consistencia geopolítica que pocos analistas occidentales anticiparon. En este enlace puedes encontrar la declaración íntegra de la cumbre en español.

El cambio de paradigma en las relaciones internacionales pivota en torno a la capacidad de elección con la que cuentan los países del denominado sur global. Una expresión que no me gusta demasiado, ya que prefiero hablar de la mayoría mundial, más ajustada a la realidad. Norte y sur tienen resonancias coloniales, y la “comunidad internacional” es un término significativamente en desuso, que pretendía generar la ilusión de que la opinión de occidente era la de todo el mundo.

Durante décadas, alinearse con Estados Unidos fue prácticamente la única opción para todos aquellos países que no estaban en la órbita del bloque soviético, o directamente bajo la batuta de Washington. La conferencia de Bandung, y el subsiguiente movimiento de países no alineados, no terminó de ganar tracción política. Visto como una amenaza a su hegemonía por Estados Unidos, y como una oportunidad para la Unión Soviética de frenar la influencia de Washington, sus miembros carecían del pegamento ideológico suficiente para compensar su diversidad. Tampoco contaban con el peso económico necesario para formar un bloque con personalidad geopolítica propia, por no hablar de su dispersión geográfica.

Mundo multipolar.

Sin embargo, el mundo multipolar que está naciendo sí ofrece oportunidades reales a los países que no aceptan el vasallaje que pretende imponerles Estados Unidos, para quien la consigna sigue siendo “o conmigo, o contra mí”. El enfoque de los BRICS, tres de cuyos miembros con mayor peso económico y político lo son también de la SCO, es radicalmente distinto, y la mayoría de los países del mundo está tomando nota.

Es significativo que, inmediatamente después de la cumbre de la SCO en Tianjin, Brasil solicitara una reunión urgente de los BRICS, que se celebró por vía telemática el 8 de septiembre. En el encuentro participaron los máximos mandatarios de Brasil, China, Rusia, Sudáfrica, Egipto, Irán, Indonesia y los Emiratos Árabes Unidos, así como representantes de India y Etiopía, lo que da idea de la importancia que la dirigencia de sus miembros otorga a la organización.

En la cumbre virtual, Xi Jinping recalcó la necesidad de avanzar en la cooperación y la solidaridad, profundizar en el multilateralismo, defender un sistema de comercio multilateral y construir una comunidad para un futuro compartido para la humanidad. El enfoque es significativamente distinto al de la “diplomacia de la cañonera” que está desplegando Estados Unidos en Venezuela. No es de extrañar que 32 países hayan mostrado su interés en unirse a los BRICS.

Xi hace tres propuestas en la cumbre virtual de los BRICS para cementar la solidaridad, avanzar en la cooperación. Titular de Xinhua.

Mientras los BRICS siguen construyendo, paso a paso, una nueva estructura multipolar, Estados Unidos continúa empeñado en que el resto del mundo obedezca sus órdenes, a golpe de cañonazos o de aranceles, con un efecto bumerán idéntico, si no mayor, al de las sanciones contra Rusia.

Las élites de la Unión Europea profundizan en su aislamiento geopolítico, mientras continúan socavando la economía, en una letal huida hacia adelante. Consumidas por sus delirios por recobrar una grandeza extinguida, sus decisiones políticas sólo conseguirán hundirnos en la miseria a todos, menos a ellos, que siempren encuentran un puestazo donde recolocarse. A menos que reaccionemos y les saquemos de sus poltronas, antes de que sea demasiado tarde. 

Estación Alaska: última oportunidad de Trump para salir de Ucrania

25 de agosto de 2025

Lo más positivo de la cumbre de Alaska fue que se celebró

La cumbre celebrada en Alaska entre Donald Trump y Vladímir Putin ofrece la última oportunidad para el presidente de Estados Unidos de salir del fracasado proyecto del Partido Demócrata en Ucrania. Fue Trump quien solicitó la reunión, porque le urge llegar a un acuerdo que le permita salvar la cara antes de que el ejército ucraniano termine de colapsar, lo que sucederá más pronto que tarde.

Como ya analicé en este artículo, Putin está colaborando con Trump en la pantomima de presentarse como mediador porque es el primer interesado en que Estados Unidos deje de financiar la contienda, aportar las armas, proporcionar la inteligencia y, según The New York Times, la propia dirección de la guerra, desde una base en Wiesbaden, Alemania. Al enemigo que huye, puente de plata.

Presentarse como mediador en una guerra por intermediación es una artimaña para disfrazar el papel de Estados Unidos como promotor del conflicto. No todos en Moscú están contentos con este nivel de colaboración con un país del que hacen bien en no fiarse. Pero de momento, el gobierno de Putin está funcionando al unísono con esta estrategia.

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Trump desnuda al imperio y sus vasallos

8 de agosto de 2025

Por qué a las élites no les gusta Trump

Desde que comenzó su carrera política en 2015, tras haberse convertido en un personaje público gracias a su programa televisivo The apprentice, Donald Trump ha sido objeto de reiteradas campañas, a todos los niveles, para descalificarle. Con la excepción de sus aliados, y no siempre, el actual presidente de Estados Unidos sólo ha recibido reprobaciones y persecución judicial por parte de sus adversarios políticos, críticas de la inmensa mayoría de los medios de comunicación occidentales y, hasta el inicio de su segundo mandato, también de la Unión Europea. Por no hablar de los intentos de asesinarle.

Pero las críticas no se centran tanto en las motivaciones que impulsan sus erráticas y contradictorias decisiones políticas, como en las formas que despliega el voluble Donald Trump. Lo que repele de Trump a quienes atesoran en realidad el poder son sus formas, soeces en ocasiones, que dejan al desnudo la realidad del imperio.

Donald Trump señalándole al mundo lo que tiene que hacer.

Las élites que manejan las decisiones políticas de largo alcance no soportan que un personaje salido de un programa de telerrealidad, mal encarado y peor hablado, ocupe la Casa Blanca y manifieste a las claras cuáles son las verdaderas intenciones de Estados Unidos, tanto desde el despacho oval, como desde su perfil en una red social.

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