14 de junio de 2024
Fracasa la jugada de Macron para desvincular a China de Rusia
El itinerario del viaje de Xi Jinping a Europa estaba diseñado para recalcar que la alianza entre China y Rusia se encuentra a salvo de los intentos de torpedearla por parte de occidente. El mandatario chino paró primero en Francia. Se habría visto como una afrenta diplomática que estuviera en Europa sin visitar un país del occidente colectivo. Significativamente, evitó pisar Alemania, prueba de la irrelevancia de Berlín en la escena internacional, víctima de su sometimiento a los Estados Unidos. Una sumisión ejemplificada en la impasibilidad de Olaf Scholz ante la voladura de los gasoductos Nord Stream, por parte de su supuesto aliado.
El presidente chino viajó en su lugar a Serbia y Hungría, dos países que no han sucumbido a las presiones ejercidas por la Unión Europea para someterse a los dictados de Washington, como sí ha hecho Bruselas. Dos estados cuyos dirigentes han elegido el difícil camino de primar sus intereses nacionales, por encima de otros ajenos, por lo cual están siendo etiquetados como “aliados de Putin”. Y es que occidente está siguiendo la máxima, atribuida a Mussolini, de “o con nosotros o contra nosotros”. Todo un alarde de respeto a la soberanía de los estados que defienden sus prioridades, por parte de quienes se doblegan ante las ajenas.
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