27 de octubre de 2025
Por qué son tan importantes las tierras raras
Lo único raro de las tierras raras es encontrarlas en cantidades lo suficientemente agrupadas, y grandes, como para que su explotación sea económicamente viable. Porque los 15 elementos del grupo de los lantánidos que conforman las denominadas tierras raras son abundantes en la corteza terrestre, pero están muy dispersos, y no suelen presentarse en forma pura, sino agregados, en muy escasa proporción, a otros minerales.
A esta dificultad hay que añadir los altos costes ambientales y energéticos que supone su extracción, que requiere procesar grandes cantidades de mineral. Además, su explotación genera muchos residuos altamente contaminantes que, en ocasiones, contienen elementos radioactivos como el torio y el uranio, así como sustancias peligrosas como ácido fluorhídrico y dióxido de sulfuro.

Distribución de las reservas de tierras raras en el mundo. Fuente: USGS.
¿Por qué las tierras raras ocupan la agenda geopolítica últimamente? La respuesta es muy sencilla: los 15 elementos que forman el grupo de los lantánidos, a los que suele añadirse el escandio y el itrio, tienen una serie de propiedades muy específicas que los convierte en indispensables para fabricar una enorme gama de productos.
Los 15 lantánidos son el lantano, el cerio, el praseodimio, el neodimio, el prometio, el samario, el europio, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el holmio, el erbio, el tulio, el iterbio y el lutecio.
El neodimio, el disprosio, el praseodimio y el terbio tienen propiedades magnéticas, lo que los convierte en esenciales para producir imanes de alto rendimiento. Estos son imprescindibles para fabricar aparatos de resonancia magnética usados en medicina, discos duros, altavoces, auriculares, y trenes de levitación magnética.
En el campo de las denominadas energías renovables, estos imanes son utilizados en la fabricación de vehículos eléctricos e híbridos y turbinas eólicas. Una sola turbina eólica de 3 MW utiliza 2 toneladas de imanes de neodimio.
El disprosio y el cerio se usan en la manufactura de paneles solares para mejorar la duración y eficiencia de las celdas. El lantano y el cerio mejoran la densidad, duración y seguridad de las baterías de iones de litio, utilizadas en un sinfín de aparatos electrónicos y en sistemas de almacenamiento de energía, a gran escala.
El itrio y el cerio se emplean para mejorar el rendimiento y el consumo de las membranas de los electrolizadores usados para producir el “hidrógeno verde”, que es la denominación del hidrógeno obtenido usando energías renovables. El cerio también se usa en los catalizadores de los coches, con el objetivo de reducir la contaminación que provoca la combustión.
En el terreno industrial, los imanes de alto rendimiento son necesarios para los procesos de control de calidad de los aceites lubricantes y cajas de cambio: capturan micropartículas metálicas que evitan el deterioro de los motores.

Aplicaciones de las tierras raras en Estados Unidos. Ilustración: Researchgate.net.
Los imanes de alto rendimiento también son esenciales para fabricar robots industriales y resultan imprescindibles en la industria de armamento. Sobre este aspecto volveré a continuación, ya que resulta crucial en la pugna que mantienen Estados Unidos y China.
Las tierras raras también tienen propiedades ópticas, que los hace necesarios para la manufactura de dispositivos de iluminación, pantallas de visualización y materiales fluorescentes. También sirven como catalizadores en reacciones químicas que tienen lugar durante el refinado de petróleo y la síntesis de fármacos. Al tener unos puntos de fusión altos, las tierras raras se utilizan en entornos de temperaturas extremas, tales como la metalurgia y la industria aeroespacial.
Los teléfonos inteligentes contienen hasta 0,35 gramos de itrio y terbio en sus pantallas y sus módulos de vibración. En resumen, las tierras raras son extremadamente comunes en nuestra vida diaria. Por este motivo, China dispone de una palanca brutal a la hora de negociar con Estados Unidos en la guerra comercial que desató Donald Trump en 2018, cuando impuso aranceles por un valor de 34.000 millones de dólares a productos chinos.
El control chino de las tierras raras le otorga una poderosa palanca frente a Estados Unidos
El dominio de China en el sector de las tierras raras es abrumador: concentra el 70% de la extracción y el 90% de la separación y el procesamiento. Por si eso fuera poco, en China se fabrican el 93% de los imanes. Entre 2014 y 2017, China suministró a Estados Unidos el 80% de las tierras raras que importó. Entre 2020 y 2023, el porcentaje seguía siendo muy alto: el 70%.
La regulación más laxa en materia ambiental ha contribuido a la expansión de la minería de tierras raras en China, que ha pagado un alto precio en costes ambientales, pero le ha colocado en una situación de preponderancia en un sector estratégico, a todos los niveles.

Reservas de tierras raras en el mundo. Depósitos conocidos por países en millones de toneladas.
Además de las aplicaciones citadas en el capítulo anterior, las tierras raras son cruciales para la industria de armamento de Estados Unidos. En la lista de artefactos mortíferos que precisan de las tierras raras encontramos los cazas F-35, los submarinos de clase Virginia y Columbia, los misiles Tomahawk, los sistemas de radar, los drones Predator y la serie de bombas inteligentes Joint Direct Attack Munition.
Cada avión F-35 necesita 418 kilos de tierras raras para su radar, para sus sistemas de fijación de objetivos y para sus motores. Un destructor DDG-51 de la clase Arleigh Burke requiere aproximadamente 2.600 kilos, y se necesitan 4.600 kilos de lantánidos para construir un submarino de la clase Virginia.

Las restricciones de China a las tierras raras y a los imanes amenazan las cadenas de suministro de defensa de Estados Unidos. 9 de octubre de 2025.
Un informe del Pentágono fechado en 2023 señaló la dependencia absoluta de las tierras raras pesadas procedentes de China: el 100% venían del gigante asiático. Otro informe, esta vez de RAND Corporation, advertía que si China cortara el suministro de lantánidos durante 90 días, podría paralizar la producción del 78% de los contratistas de defensa estadounidenses. La fabricación de misiles hipersónicos y sistemas satelitales también sufriría retrasos. La misma consultora estima que Estados Unidos necesitaría al menos 10 años para levantar una cadena de suministros de tierras raras alternativa.
Angela Huyue Zhang, catedrática de derecho y autora de dos libros sobre las políticas del gobierno chino en relación con la alta tecnología, señala que, en respuesta al incremento de los controles a la exportación de tierras raras por parte de China, ha sido Estados Unidos el que ha rebajado su beligerancia contra el gigante asiático: ha reducido los aranceles, ha relajado los controles de exportación de chips necesarios para la inteligencia artificial, e incluso ha suavizado los requisitos para expedir visados a estudiantes chinos. Un análisis que comparte The Wall Street Journal.

El bloqueo de China de las tierras raras dictó el sendero hacia la tregua comercial.
La misma autora apunta otra característica de las cadenas de suministro relacionadas con las tierras raras: los cuellos de botella que se forman no son fijos, sino que evolucionan con la tecnología. Este rasgo añade una dificultad a los esfuerzos que está realizando Estados Unidos por aflojar la dependencia de China en este sector estratégico.
La retórica de Donald Trump en torno a Canadá y Groenlandia, donde existen depósitos de tierras raras, responde a movimientos imperialistas para intentar apropiarse de recursos de los que carece, y construir cadenas de suministro alternativas.
En 2021, el parlamento de Groenlandia bloqueó uno de los mayores proyectos de tierras raras en el mundo, situado en Kvanefjeld, que iba a ser desarrollado por una empresa australiana, y que había obtenido una autorización preliminar el año anterior. Sin embargo, la explotación del yacimiento iba a generar residuos radioactivos, procedentes del uranio.
La ley aprobada por el parlamento de Groenlandia prohíbe la exploración de yacimientos con una concentración de uranio superior a 100 partes por millón, un rango considerado de baja calidad por la Asociación Nuclear Mundial. Es probable que Estados Unidos no tuviera tantos miramientos a la hora de extraer las imprescindibles tierras raras para su industria armamentística, si accediera al control de esos territorios.

Localización de Kvanefjeld, en el extremo sur de Groenlandia. Imagen: Greenland Minerals.
Estados Unidos subvenciona la extracción de tierras raras en su territorio
Desde la década de los 80, China se enfocaba hacia la extracción de tierras raras, aprovechando menores costos ambientales y laborales. En la década de los 2000, usando incentivos fiscales a la exportación, China logró controlar el 90% de la oferta mundial. Entre 2010 y 2019, China proporcionó entre 9.000 y 10.000 millones de dólares en apoyo financiero gubernamental a empresas de tierras raras, con un incremento del 22% anual.
Mientras tanto, en 1996, Estados Unidos cerró la Oficina de Minas, transfiriendo ciertas funciones, como la recopilación, el análisis y la difusión de información sobre minerales al Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS).
Ahora, Washington está intentando recuperar el tiempo perdido, adoptando el modelo chino de subvenciones, subsidios o participación estatal que tanto critica. El gobierno estadounidense ha firmado un acuerdo multimillonario con la empresa minera MP Materials, mediante el cual el Departamento de Defensa se convertirá en su mayor accionista. Estos son los mismos que preconizan el «mercado libre».
En virtud del pacto, el Pentágono garantizará un precio mínimo de 110 dólares por kilogramo para las dos tierras raras más populares, una cantidad que casi duplica el que se paga en el mercado chino, y el que percibía la empresa minera por kilo en el segundo semestre de 2024. Curiosamente, la empresa china Shenghe Resources posee el 7,7% de la mina de Mountain Pass.

MP Materials sella un macro acuerdo de tierras raras con Estados Unidos para romper el control de China.
Hasta el momento, la mina de Mountain Pass en California era la única que se dedicaba a la extracción de tierras raras en Estados Unidos. Ahora, la empresa propietaria del yacimiento Round Top, en Texas, ha anunciado la producción exitosa de una muestra de óxido de disprosio, con una pureza del 99,1 %. El mineral se procesó usando tecnología propia de la empresa USA Rare Earth para la extracción y purificación.
Por el momento, estos son los dos únicos proyectos para extraer tierras raras en Estados Unidos, lo que significa que la preponderancia china en el sector va para largo. Ante este escenario, Washington está moviendo a sus peones para intentar amortiguar la capacidad de presión de China, en la medida de sus posibilidades. Que son pocas, y tienen la tendencia a provocar efectos contraproducentes.
Washington recurre a sus aliados para intentar frenar a China
Estados Unidos está intentando cortar la expansión de China también en el sector de los minerales críticos, como el litio, fuera de su territorio. Es el caso de Canadá, otro de los obedientes aliados de Washington, donde el gobierno ha ordenado a tres empresas chinas retirar sus inversiones en explotaciones mineras, alegando motivos de seguridad nacional.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, declaró que «China insta a Canadá a que deje de atacar injustificadamente a las empresas chinas (en Canadá) y les proporcione un entorno empresarial justo, imparcial y no discriminatorio», añadiendo que con su acción estaba dañando las cadenas de suministro globales.

China lidera la producción de minerales críticos.
Estados Unidos también ha ordenado a uno de sus súbditos europeos que trate de frenar el avance tecnológico de China. El último movimiento ha sido la toma de control por parte del gobierno holandés de la empresa china de microchips Nexperia. La Haya justificó la expropiación alegando «graves deficiencias de gobernanza», e invocando la Ley de Disponibilidad de Mercancías, de 1952, una arbitrariedad con formato legal que data de la guerra fría. Este es el «orden basado en reglas» que preconizan los occidentales.
El Ministerio de Comercio de China contestó la medida prohibiendo a Wingtech Technologies, la empresa matriz de Nexperia, radicada en Guangdong, la exportación de componentes vitales para el funcionamiento de la fábrica expropiada.

China impone controles de exportación a Nexperia tras la toma de control holandesa. Bloomberg.
La respuesta de China a la agresividad de Estados Unidos y sus lacayos europeos está siendo contundente, porque está en posición de hacerlo. El pasado abril, China introdujo nuevas normas para que las empresas extranjeras puedan obtener una licencia de importación de tierras raras de seis meses de validez. Las regulaciones fueron reforzadas el 9 de octubre, cuando el Ministerio de Comercio chino las hizo más estrictas.
Los solicitantes deben presentar datos minuciosos y confidenciales, usando formularios extraordinariamente detallados, adjuntando fotografías de productos que muestren la ubicación de los minerales, diagramas de fabricación y datos del cliente. En determinados casos, el solicitante debe aportar datos de producción anual de los últimos tres años y proyecciones para los próximos tres.
La contención occidental de China está destinada al fracaso
Gina Raimondo fue la secretaria de Comercio en la administración de Joe Biden. Al final del mandato demócrata, Raimondo reconocía en una entrevista que los esfuerzos para restringir el acceso de China a la tecnología no habían conseguido contener el progreso chino, y apostaba por subvencionar la investigación y desarrollo a nivel local para intentar ganar la carrera tecnológica al gigante asiático. Raimondo proponía adoptar el modelo chino que tanto critica Washington.
De hecho, la ley CHIPS and Science Act está dotada con 53.000 millones de dólares provenientes del erario, y su objetivo era “incentivar” a las empresas estadounidenses a invertir en la fabricación de semiconductores, y a innovar en el ámbito científico aplicado a la tecnología.
Gina Raimondo despachaba con esta frase el intento de contener a China: “Intentar frenar a China es una misión de tontos”. Así mismo, ponía el acento en las subvenciones y programas gubernamentales, antes que en el control de las exportaciones, como estrategia para desbancar a China en la carrera tecnológica.

Raimondo dice que intentar frenar a China en la carrera por los chips es una “misión de tontos”.
La estrategia de contención de Joe Biden ha sido seguida, y amplificada, por Donald Trump. Estados Unidos comenzó a imponer aranceles a las importaciones procedentes de China en febrero de 2025. En abril, los aranceles escalaron hasta el 145%. China replicó aumentando los aranceles para los productos estadounidenses hasta el 125%. En mayo, ambos países acordaron rebajarlos: Estados Unidos redujo los suyos hasta el 55%, y China los dejó en el 30%. El acuerdo incluyó una tregua comercial, que supuestamente concluye el 10 de noviembre.
El 16 de octubre, el ministro de Comercio chino, Wang Wentao, se reunió con el director ejecutivo de Apple, Tim Cook. Tras el encuentro, el Ministerio de Comercio chino emitió un comunicado donde achacaba a Estados Unidos “las recientes fluctuaciones” en las relaciones entre ambos países, debido a “la intensa aplicación por parte de Estados Unidos de una serie de medidas restrictivas contra China tras las conversaciones económicas y comerciales de Madrid, las cuales han perjudicado gravemente los intereses de China y han socavado el clima de las conversaciones económicas y comerciales bilaterales”.
El comunicado chino recalcaba la necesidad de encontrarse “en un punto medio”, llamaba al consenso y a “encontrar soluciones a los problemas mediante el diálogo y la consulta en igualdad de condiciones”. Lo de la igualdad de condiciones es lo que más les cuesta asumir a los estadounidenses.
A la hora de rematar este artículo, se anunciaba que Estados Unidos y China habían alcanzado “un acuerdo preliminar” en Kuala Lumpur que, según Li Chenggang, el representante de Comercio Internacional de China, y principal negociador, incluye los controles a las exportaciones que Pekín aplica a las tierras raras, la posible prórroga de la suspensión recíproca de aranceles, la “ampliación adicional” del comercio bilateral y las tarifas portuarias contra los buques chinos.

China y Estados Unidos acuerdan un acuerdo marco preliminar en Malasia, allanando el camino para las conversaciones entre Xi y Trump. South China Morning Post, 26 de octubre de 2025.
Por su parte, el secretario de Comercio estadounidense, Scott Bessent, anticipaba que el acuerdo aplazaría los controles de exportación sobre tierras raras e imanes, ampliados por China en octubre, y evitaría un nuevo arancel estadounidense del 100% sobre los productos chinos, con el que amenazaba Trump.
Está previsto que Xi Jinping y Donald Trump se reúnan el 30 de octubre en Corea del Sur. Si quiere sobrevivir en la partida que se está jugando en el nuevo mundo multipolar, donde China tiene muchos triunfos, a Estados Unidos le toca dejar de lado su tradicional arrogancia y prepotencia, y sentarse a negociar en serio. ¿Se bajará esta vez el inquilino de la Casa Blanca de su pedestal? El futuro de su país, ese que tanto dice defender y, en gran medida, el de sus lacayos europeos, está en juego.